Si hay pruebas, hay que acudir al juez. Así de tajante se mostró ayer el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre los supuestos malos tratos a los inmigrantes denunciados por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). El ministro del Interior desmintió rotundamente las acusaciones y pidió a la comisión que ponga las pruebas «sobre la mesa a fin de investigarlas».

Durante la inauguración de una unidad para madres reclusas con hijos en la Prisión de Sevilla, Pérez Rubalcaba insistió a preguntas de los periodistas en que «es muy grave decir que la Policía maltrata a los inmigrantes y luego marcharse a casa». «Si se dice eso, hay que tener pruebas», resaltó el ministro, tras lo que anunció que ha solicitado a la Secretaria de Estado para la Seguridad que se reúna inmediatamente con la CEAR para «certificar» las denuncias y conocer las posibles pruebas contra los agentes implicados.

El responsable de Interior aseguró que en su departamento no constan denuncias sobre los supuestos malos tratos a los inmigrantes acogidos en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), «y si las hay, las presentamos ante el juez».

A su juicio, «cualquier persona con dos dedos de frente» puede imaginar que las acusaciones «son falsas», tras lo que apostilló que si alguien tiene conocimiento de una situación así «tiene que ponerlo en manos de la Policía y del juzgado, para que se investigue a fondo esa denuncia».

El informe de la comisión de ayuda al refugiado sostiene que el 40% de los internos en los CIE ha sufrido un trato negativo tanto físico como verbal – especialmente en los centros de Madrid, Valencia y Málaga – e incluso un 4% ha sido víctima de torturas por parte de los funcionarios.

El miércoles, CEAR hizo público un comunicado en el que insiste en que todas las denuncias estaban documentadas y que cuentan con «suficientes testimonios cotejados por diversas fuentes».