Marbella asiste al fin del 'boom' de la inmigración

Diario Sur, MARÍA JOSÉ CRUZADO mjcruzado@diariosur.es, 09-12-2009

Hace sólo dos años Marbella era El Dorado. Ahora, son pocos los inmigrantes que vienen atraídos por una oportunidad laboral y cada vez más los que deciden irse. Prueba de ello es la caída de un 20% de las peticiones de nacionalidad española en el Registro Civil de Marbella después de dos años de subidas consecutivas. En 2007, las solicitudes se incrementaron un 77%; en 2008 el crecimiento aunque más tímido, superó el 28%, una avalancha que tiene su explicación en los años del ‘boom’ migratorio que se dio hace una década y el efecto llamada que provocó el último proceso de regularización en 2005.

«El que quería regularizarse ya lo hizo», apunta la titular del Registro Civil de Marbella y jueza de Primera Instancia 4 de la ciudad, María Pérez. La primera gran oleada de africanos sobre todo, marroquíes y senegaleses, desembarcaron hace más de una década en Marbella en un momento de bonanza económica y de un mercado laboral que necesitaba mano de obra barata de forma urgente. Pasados diez años han podido pedir la nacionalidad. En el caso de los latinoamericanos, gracias a los convenios de reciprocidad internacionales, son dos años de residencia. En su mayoría argentinos, colombianos, ecuatorianos y guatemaltecos que llegaron hace cuatro o cinco años atraídos por el potencial económico de Marbella.

La ciudad, como el resto del país, atraviesa una crisis desde principios de 2008 que se agudizó a mediados de ese año con el desplome del sector de la construcción, modelo de crecimiento durante una década donde muchos inmigrantes encontraron una salida laboral. El sector de la hostelería y del comercio, el otro gran yacimiento de empleo, ha empezado a sufrir este año los efectos del declive económico. La precariedad del mercado laboral y la destrucción de puestos de trabajo ha provocado que muchos de los inmigrantes ya asentados en la ciudad se hayan visto abocados a engrosar las colas del SAE.

Sin permiso de trabajo

El número de parados entre la población foránea ha crecido un 57% en el último año. Algunos de los que se quedaron sin trabajo con los primeros síntomas de la recesión económica ya han agotado su desempleo. Además de perder sus contratos, han perdido la residencia y se han convertido en irregulares. «La situación para muchas familias es dramática», apunta Hamido Ahmed, presidente de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes de Marbella, que denuncia los obstáculos administrativos a los que muchos de estas personas deben hacer frente. «Legalmente el estar en el paro no es causa para denegar el permiso de residencia si está inscrito en el INEM pero la Subdelegación del Gobierno está cortando por lo sano y los inmigrantes deben buscar un abogado. En muchos casos desisten y se marchan».

Sólo 69 extranjeros se han acogido en la ciudad al plan de retorno voluntario puesto en marcha por el Gobierno central que les permite cobrar la totalidad del subsidio en su país de origen. Ahmed apunta, sin embargo, a que el 20% de los latinoamericanos y en torno a un 10% de los marroquíes y senegaleses se han marchado ya, algunos con más de dos décadas de residencia. «La mayoría no tiene información de cómo solicitar el plan de retorno, están irregulares o no cumplen los requisitos. Y simplemente han hecho las maletas o están buscando el dinero para el viaje». Sin apoyo y sin familia optan por volver a casa o marcharse a otro país europeo donde la situación laboral sea mejor. Francia, Holanda o Bélgica se convierten así en los nuevos mercados laborales para muchos inmigrantes en Marbella.

El fin del sueño

Para traer a sus familias, la actual Ley de Extranjería también les obliga a demostrar que pueden mantenerla y con la actual crisis económica es prácticamente imposible. Muchos de ellos cobran menos de los 1.100 euros exigidos.

2009 marca el fin de una etapa. El paro entre la población inmigrante ha crecido debido al incremento de la población activa, mientras que el crecimiento en el paro autóctono ya se debía a la destrucción de empleo. El endurecimiento de las medidas de expulsión ha hecho el resto.

El Ministerio del Interior ha elevado el número de repatriaciones y las medidas de prevención de la inmigración gracias a una mayor colaboración con los países de origen materializados en acuerdos internacionales, lo que ha provocado una caída a nivel nacional de los flujos clandestinos. La prueba es que las colas en la Comisaría de Marbella y en el Registro Civil de la ciudad se han reducido considerablemente. El mito de la inmigración en Marbella proveniente de América Latina, África y Europa del Este ha llegado a su fin.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)