Rabat amenaza con represalias a España si le echa un pulso por Haidar

El Periodico, 08-12-2009

La crisis abierta entre España y Marruecos por el caso de la activista saharaui Aminetu Haidar, que se halla en huelga de hambre en el aeropuerto de Arrecife (Lanzarote) tras ser expulsada del Sáhara Occidental por las autoridades marroquís, entró ayer en una nueva fase marcada por un grado de tensión desconocido desde el conflicto por el islote de Perejil, hace siete años. A la urgencia del Gobierno español, que multiplicó su actividad diplomática y sus contactos con los grupos parlamentarios en busca de una salida, respondió el Ejecutivo marroquí con un desafío en toda regla: el ministro de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi Fihri, señaló que la relación entre ambos países se está «infectando» y advirtió a España de que no debe tensar la cuerda si quiere que Rabat siga colaborando en temas como el control de la inmigración ilegal o la inseguridad.
En Bruselas, donde participó en una reunión del Consejo de Asociación entre la UE y Marruecos, Fassi Fihri rechazó de forma taxativa la posibilidad de aceptar una solución negociada porque ello, señaló, sería «ceder al chantaje» de Haidar, y a continuación, tras preguntarse «hasta dónde se llegará a infectar la relación hispano – marroquí», lanzó una amenaza nada velada dirigida de forma explícita al Gobierno español: «Cuando hay inmigración, problemas de inseguridad o perspectivas de inversión, es con nosotros con quien habla, no con nadie más. ¿Es con ese Marruecos con el que ustedes deben contruir el futuro o es con ese otro que no quiere Magreb ni quiere Europa?».

CONTACTOS INFRUCTUOSOS / La diatriba del jefe de la diplomacia marroquí escondía una amenaza de calibre importante –el cambio de actitud mostrado por el Gobierno de Rabat en los últimos tres años ha sido determinante en el descenso de la inmigración ilegal que llega a España– y reflejaba la posición inflexible de las autoridades de aquel país. Los múltiples contactos que el Gobierno español mantuvo ayer con representantes de Marruecos no condujeron a ningún avance significativo, y así lo reconoció el propio ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que en una reunión que celebró en el Congreso con los grupos parlamentarios les comunicó que la posición de Rabat en este asunto es cada vez más cerrada.
La convocatoria de la reunión, una iniciativa de Moratinos, fue en sí misma otra prueba del grado de preocupación del Gobierno español, que contempla con temor creciente la posibilidad, cada día un poco menos remota, de un desenlace fatal.
En el encuentro, que duró una media hora, Moratinos solicitó el apoyo unánime de los grupos parlamentarios a una proposición no de ley socialista con un doble destinatario, el Gobierno de Marruecos y Aminetu Haidar. Al primero se le exige que «se implique en la solución de esta situación» y a la activista se la invita a continuar su lucha pero «sin poner en riesgo su salud o su vida». En este sentido, reitera el ofrecimiento del estatuto de refugiado a Haidar y a sus hijos y se compromete a prestarles «atención y alojamiento seguros». El texto también pide a las Naciones Unidas y a la UE que medien en la resolución del conflicto.
Pese a que un primer borrador sí la recogía, la proposición final elude una referencia favorable a la autodeterminación del pueblo saharaui. Algo que irritó a IU, que consideró inaceptable esa omisión y denunció la falta de contundencia hacia Marruecos.
Según el diputado de IU, Gaspar Llamazares, Moratinos atribuyó a la delegada del Gobierno en Canarias la decisión inicial de dejar entrar a Haidar en España.
Así pues, pese a la predisposición mostrada por todos los portavoces en la reunión matutina, está por ver si prospera la propuesta o debe ser retocada. Además, el PP y CiU advirtieron del difícil encaje legal del texto por su referencia personalizada que se hace a Haidar instándole a dejar la huelga de hambre.

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