El fracasado intento del Gobierno español de devolver, el viernes, a Aminatu Haidar al Sahara en un avión que finalmente no consiguió permiso de aterrizaje, ha supuesto, además de un duro golpe a la petición de regreso de la activista, un antes y un después en su lucha.

A las 07.00 horas de ayer, sábado, Marruecos comunicó a España la denegación de la segunda solicitud de permiso de sobrevuelo y aterrizaje en el aeropuerto del Aaiún, esta vez con 24 horas de antelación, solicitado tras el abortado intento de viaje del viernes. La respuesta supone para los diplomáticos y representantes del Gobierno «haber agotado las vías diplomáticas posibles» y para la Plataforma de Apoyo a Haidar directamente un engaño. «No soportamos que se juegue con la salud de una enferma grave y que se le haga realizar un esfuerzo inhumano en tiempo récord cuando se sabe de antemano que no hay permiso alguno de aterrizaje en el Sahara», aseguró el portavoz de la plataforma, Guillermo Toledo.

Sin fuerzas ya para comparecer públicamente, cuando se cumple el vigésimo primer día en huelga de hambre, fue la abogada de la activista, Inés Miranda, quien leyó sus palabras textuales acerca del incidente y la actual negativa de Marruecos a permitir la entrada en su suelo de Haidar si ésta no pide perdón por declararse saharaui. «Los gobiernos de España y Marruecos quieren empujarme hasta la muerte, algo que, de ocurrir, sería responsabilidad exclusiva y directa del gobierno español», indica. Haidar lamenta que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sea «incapaz de resolver la situación», ofreciéndole como contrapartida la posibilidad de disponer de vivienda en España y de que se traslade su familia.

La plataforma arremete directamente contra el equipo de negociadores del Gobierno, encabezado por el jefe del Gabinete del Ministerio de Asuntos Exteriores, Agustín Santos. «Pedimos con carácter urgente su recusación y que se nombre de forma inminente otros negociadores, ya que los actuales nos mienten», dijo Toledo. De hecho, y ante el hecho de Haidar y los miembros de la plataforma ya «no confiamos ni creemos en este equipo», quienes apoyan a Aminatu piden al intervención directa de «las más altas escalas políticas, como es el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y Su Majestad el Rey don Juan Carlos».

La plataforma contesta de esta manera a las palabras de Santos, quien aseguró que «todas las vías diplomáticas están por el momento agotadas» y que «no hay nada peor que no reconocer la realidad». Santos también explicó que «se han cubierto los contactos a todos los niveles», una opinión que contrasta con la de la vicepresidenta del Gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega, quien casi al mismo tiempo declaró que el Ejecutivo sigue buscando alternativas.

El ámbito de Aminatu y las numerosas organizaciones y entidades que la apoyan proponen ya que la cuestión se dirima en los órganos internacionales. Desde la Izquierda europea, a través de los eurodiputados de IU-Los Verdes se han anunciado medidas de presión al gobierno marroquí, cuyo estatuto de país preferente en las relaciones comerciales con la UE empieza a debatirse el próximo lunes.

Varios partidos políticos han anunciado el voto en contra a este estatuto y la celebración de una cumbre por el referéndum de la independencia del Sahara, en su lugar. «Suecia ya ha anunciado que vetará el estatuto preferente si antes Aminatu no vuelve a su casa con totales garantías para su seguridad», explicó Guillermo Toledo. Lo cierto es que Haidar entra hoy en su cuarta semana en el aeropuerto de Lanzarote, sin respuesta a su única reivindicación, volver a su casa en las mismas condiciones en las que fue sacada «en connivencia entre España y Marruecos».

[Texto íntegro, este domingo en la edición impresa].