Duro golpe de Marruecos al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Las autoridades del país magrebí frustraron ayer el regreso de Aminatou Haidar a El Aaiún cuando ésta se encontraba ya a bordo del avión medicalizado en el que debía haber viajado junto al jefe de gabinete del ministro de Exteriores, Agustín Santos. La decisión del Ejecutivo marroquí cogió a los responsables de la diplomacia española por sorpresa porque, según aseguran, habían recibido autorización verbal de vuelo y aterrizaje en territorio marroquí. Hacia las ocho y media de la tarde, ya a bordo de la aeronave y a punto de despegar, la torre de control del aeropuerto de El Aaiún, una instalación de uso civil y militar, comunicó que la orden de vuelo había sido retirada. Exteriores tenía intención de solicitarla anoche de nuevo para volar hoy.

La solución que había logrado pactar el Gobierno de Zapatero con la propia activista saharaui y Marruecos no dejaba lugar a vencedores ni vencidos. Haidar, en huelga de hambre desde hace 19 días, iba a viajar sin pasaporte ni título de viaje. Un centenar de personas que le acompañaban en el aeropuerto de Lanzarote estallaron en una explosión de júbilo ante la perspectiva de la resolución del conflicto.

«No sé si voy a casa o a la cárcel – dijo minutos antes de que una ambulancia la trasladara al avión medicalizado que la iba a llevar de regreso a casa, acompañada también por el facultativo que la está atendiendo durante su protesta – pero agradezco al Gobierno español que haya atendido mi reivindicación para regresar a mi tierra».

Tenía un salvoconducto del Ministerio del Interior y el compromiso del reino alauita de que no denegaría de nuevo su entrada en el país. El reglamento de la ley de Extranjería autoriza a la Policía a permitir, en determinados casos, que una persona salga del territorio nacional sin documentación, pero hasta ahora el Ejecutivo descartaba esta opción porque sin la garantía de su admisión en destino la mujer podría haber acabado en lo que técnicamente se llama «viaje en órbita».

«Inexplicable»

Los motivos del país norteafricano para desdecirse de sus promesas siguen siendo un misterio. Santos, que calificó la decisión de «inesperada e inexplicable», dio a conocer la excusa alegada: que el plan de vuelo debía comunicarse con 24 horas de antelación.

Por su parte, las autoridades marroquíes no hicieron sino añadir más confusión todavía a una situación que ya resultaba surrealista. Un portavoz del Ministerio de Exteriores del reino alauita tachó de «especulaciones» las informaciones difundidas sobre la paralización del vuelo y aseguró a la agencia Efe que la postura de su Gobierno respecto a la activista saharaui «no ha cambiado». En este sentido, se remitió a las recientes declaraciones del ministro, Taib Fasi Fihri, en las que culpó a la propia Haidar de su situación por haber renunciado al pasaporte y la nacionalidad marroquíes.

Este episodio deja al Gobierno en una posición complicada, porque si algo le ha preocupado en la resolución de este conflicto ha sido preservar las relaciones bilaterales con un país que considera geoestratégicamente clave; una tarea ímproba si se tienen en cuenta las presiones de sectores ideológicos afines, que en todo momento han reclamado un mayor compromiso para con la causa saharaui.