«Querían tapar la muerte de Lourdes»

El Mundo, QUICO ALSEDO, 05-12-2009

Testimonio. Una amiga de la empleada de hogar paraguaya muerta tras caer de un cuarto piso en Pintor Rosales denuncia que ni siquiera estaba contratada pese a permanecer interna en el domicilio «Lo querían tapar todo, querían ocultar que Lourdes trabajaba en la casa, que estaba allí interna y que no tenía ni papeles ni contrato de trabajo, querían tapar su muerte».


Lo cuenta una amiga de Lourdes Frutos, la paraguaya de 23 años que cayó el 21 de noviembre desde un cuarto piso de Pintor Rosales, 8.


Lourdes tropezó cuando limpiaba una ventana del cuarto y, automáticamente, los dueños del domicilio «intentaron ocultar que no tenía papeles y encima trabajaba sin contrato laboral». La familia de la fallecida, que deja una hija de tres años en Paraguay, pide 190.000 euros de indemnización. La casa, que niega que estuviera interna, «ofreció 20.000», dice la mujer. CCOO denunció el caso a la Inspección de Trabajo, y la Comunidad lo investiga.


La dueña de la casa – que «Lourdes siempre decía que era una histérica» – envió un mensaje a otra amiga de la muerta: «Soy la señora, Lourdes ha sufrido un grave accidente, llámeme por favor».


La chica había caído desde un cuarto piso y muerto en el acto. La Policía se desempeñó con un celo inusual para evitar que la prensa obtuviera fotos del cadáver, y la embajada de Paraguay trabajó hasta altas horas de la noche para forzar la repatriación del cadáver ese mismo día. «Es que es una familia importante, de mucho dinero. En el barrio dicen que tenían mucho poder durante el franquismo. Ocho días antes habían estado de viaje en EEUU, y en vacaciones estuvieron en Mallorca y Marbella».


«Lourdes no sólo estaba interna en la casa y hacía todas las labores. Es que, aunque llevaba sólo nueve meses trabajando allí, tenía mucho cariño a los hijos del matrimonio, que tienen uno nueve años, otro 12 y otro 15. Tenía fotos con ellos en su móvil e incluso les ayudaba a estudiar. El mismo día de su muerte, por la mañana, le había tomado la lección a uno de ellos. Echaba de menos a su hija».


Tan cercana era la relación de Lourdes con los niños del domicilio que «hacia mayo», precisamente llevando al colegio a uno de los niños, la Policía le pidió los papeles en un control rutinario. «No tenía, y la llevaron a la comisaría de La Latina. La tuvieron allí un día entero. Ella dio su domicilio: lógicamente, donde vivía, en la casa de los señores. Dijo también que trabajaba allí, que estaba interna aunque no tenía papeles. La soltaron como sueltan a tantos sin papeles que encuentran y que no saben qué hacer con ellos».


Lourdes contó a la Policía que entró a trabajar en la casa «gracias a otra empleada que tenían allí». Esta amiga de la fallecida sostiene que «en realidad fue a través de una agencia que está en la calle Carretas, y que hasta ahora colocaba a gente sin papeles en las casas».


«La idea de la dueña de la casa», sigue la mujer, «era borrarlo a toda velocidad, decía que había que sacar las camas de allí, que nos lleváramos la ropa y las cosas. Pero nos dimos cuenta de que si nos lo llevábamos, no podríamos demostrar que ella vivía allí. La señora llegó a preguntar si Lourdes se llevaba bien con su novio, como intentando sugerir si se habría suicidado».


La legislación laboral obliga a que, a la altura a la que estaba Lourdes, los cristales se limpien con unas medidas de seguridad, según el abogado de la víctima. Una amiga de la muerta que conoce la ventana de la que partió la tragedia dice que «era imposible limpiar allí. Era una ventana doble, con unos 20 centímetros de separación, y encima delante tenía un espejo. Era inaccesible. Lo raro era que no se cayera».


Otra amiga de Lourdes asegura que el domingo recibió una llamada de comisaría: «Decía que nos lleváramos las cosas de ella, que en la casa no estaban colaborando».


Una misteriosa desaparición


Berna, otra paraguaya, era la compañera de Lourdes en tareas del hogar en Pintor Rosales, 8. Su testimonio podría ser clave, pero, pese a llevar varios años en España, regresó a su país dos días después de la tragedia, sin declarar ante la Policía. «Desde un principio se alineó con la señora. Nosotras le decíamos que había una niña de por medio, pero se fue». El abogado de Lourdes, Mariano de Lope, le manifestó a la trabajadora que podía dejar su testimonio en manos de un notario si pretendía abandonar el país. Las amigas de Lourdes sospechan de una contraprestación económica por desaparecer sin dejar rastro. «También nos extraña que no haya llegado aún el poder de la familia para que el abogado de Lourdes se persone en la causa. En nuestro país toda persona tiene un precio». La joven llegó a España hace tres años. Su hija sólo vio a su madre los tres primeros meses de vida. «Ella se fue para mantener desde aquí a toda la familia». Cobraba 1.100 euros. La niña reconoció a la madre hace 12 días. Dentro del ataúd.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)