Internacional
Mexicano inicia huelga de hambre frente a la Casa Blanca por la reforma migratoria
Canarias 7, , 01-12-2009Rodolfo Macías, un mexicano que lleva 20 años viviendo en EEUU de forma ilegal, ha comenzado una huelga de hambre frente a la Casa Blanca para pedir al presidente, Barack Obama, que concrete antes de fin de año la reforma migratoria que prometió.
Desafiando al frío, en su quinto día de huelga de hambre, Macías, que tiene una orden de deportación para el próximo 7 de diciembre, instó hoy a los indocumentados a que clamen por la anhelada reforma junto con sus familiares, que ya son ciudadanos estadounidenses.
“Nosotros los indocumentados (…) no somos criminales sino trabajadores que salimos de nuestros países de origen en su mayoría por buscar una mejor clase de vida”, dijo a Efe.
La huelga de hambre fue la culminación de una “Marcha por Justicia” que comenzó el pasado 7 de noviembre en San Antonio (Texas), para reclamar una reforma migratoria “justa” para los doce millones de indocumentados que, dijo, viven en EEUU.
Macías también se propone organizar a los indocumentados para hacer un “censo” y que sean tomados en cuenta en el Censo oficial que el Gobierno estadounidense realizará el próximo año.
El mexicano asegura que no se moverá hasta que consiga sus objetivos y ha convocado a los inmigrantes cada jueves frente a la Casa Blanca para que “en 2009 tengamos la reforma migratoria”.
Pero además, tiene un proyecto empresarial para que los propios indocumentados establezcan unas escuelas locales en las que se enseñe inglés y asesoría legal.
“Tenemos que demostrar al pueblo norteamericano que no somos gente ignorante y que formamos parte de la solución”, dijo este arquitecto, que ha recorrido 1.600 millas (2.574 kilómetros) para llevar su mensaje a Obama.
Macías tiene un amplio historial reivindicativo. En 1989 se proclamó presidente provisional de la república de México en el exilio en contra del presidente Carlos Salinas, por el supuesto fraude electoral que le dio la victoria en los comicios de 1988.
Como protesta inició entonces una huelga de hambre ante la sede de la ONU y pidió asilo a Estados Unidos para él y sus cinco hijos.
En 1992, se lanzó al río San Antonio, en Texas, para llamar la atención de Bill Clinton (1993-2001), entonces candidato, al que pidió que intercediera para que le dieran la residencia como “refugiado político”.
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