El «no» de los suizos dispara el debate en Europa sobre la ola de islamización

ABC, ABC | MADRID, 01-12-2009

El voto de los suizos sobre los minaretes en las mezquitas es la expresión directa y cruda de la percepción que tienen muchos europeos hacia los inmigrantes musulmanes, pero la mayoría de los expertos piensan que el ejemplo de la Confederación Helvética no cundirá en el resto de los países del continente.

Mientras el Vaticano expresaba ayer su preocupación por el resultado («puede aumentar las dificultades de convivencia entre ciudadanos de distintas religiones») y el gobierno turco ponía el grito en el cielo, los gobiernos de la Unión Europea rechazaban el «no» suizo a la construcción de nuevos minaretes en las mezquitas que siguen propagándose en el Viejo Continente. Se calcula que la población musulmana en Europa oscila hoy entre los 15 y los 18 millones.

La repulsa al voto suizo tenía, no obstante, matices. En Italia, la Liga Norte, partido que pertenece a la coalición de gobierno de Berlusconi, propuso contrapesar la extensión de minaretes – como símbolo religioso – político del islam – con la «inclusión en la bandera nacional italiana del crucifijo». En Francia, el referéndum suizo no tendrá consecuencias directas sobre la construcción de alminares en las mezquitas, pero sí reforzará las tesis oficiales en favor de la prohibición del burka en las calles o del velo islámico en los colegios públicos.

Opinión pública o publicada

También en Alemania el referéndum suizo ha provocado un agrio debate abierto sobre los «límites de la libertad religiosa» y la integración de los musulmanes en ese país.

Mientras que el Gobierno adoptaba una postura de cautela, desde la gubernamental Unión Cristianodemócrata (CSU) hubo voces que pidieron tomar en serio las preocupaciones de la población ante lo que consideran una «islamización» de un país en el que viven más de tres millones de musulmanes.

En nombre de la canciller, Angela Merkel, el vice – portavoz del Gobierno, Christoph Steegmans, se limitó a señalar que el ejecutivo alemán no es quien para dar consejos a Suiza, pero subrayó que en este país la «libertad religiosa tiene una gran importancia».

El presidente de la comisión parlamentaria de Interior, el cristianodemócrata Wolfgang Bosbach, advirtió contra una crítica precipitada y «arrogante» del voto suizo y pidió un debate sobre el tema. «Hace muchos años que veo una gran discrepancia entre la opinión publicada y la opinión pública», dijo Bosbach, para añadir que en la mayoría de los comentarios periodísticos se apela a la tolerancia y comprensión, mientras que el sentir de la población es el de temor ante una islamización progresiva.

El portavoz de Interior del grupo parlamentario socialdemócrata, Sebastian Edathy, en cambio, calificó el resultado del referéndum de altamente «problemático», y afirmó que si se quiere «garantizar la libertad religiosa, también hay que dar a las religiones la oportunidad de construir sus templos».

Según muchos analistas, el resultado del referéndum suizo tuvo más que ver con el temor a la islamización de barrios urbanos, que al problema concreto que pueden representar los minaretes. De hecho, entre los centenares de lugares de culto mahometano que hay en Suiza sólo existen cuatro alminares.

«El aspecto específicamente suizo de esta cuestión estriba en que en ese país los votantes pueden toma directamente decisiones sobre cuestiones que no pueden planterase vía referéndum en el resto del mundo», afirma el experto en islam Patrick Haenni.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)