Haidar desespera a Moratinos, que afirma que ha hecho todo lo posible
- Un juez de Arrecife impone a la activista saharaui una multa de 180 euros por alteración del orden público
Diario de Navarra, , 01-12-2009El Gobierno ya no sabe qué hacer con la saharaui Aminatou Haidar, en huelga de hambre desde hace 15 días en el aeropuerto de Lanzarote tras ser expulsada de Marruecos. “Se han hecho todos los esfuerzos, pero ¿por qué lo rechaza?” Así escenificó, con un tono de voz que no escondía el enfado, el ministro de Asuntos Exteriores la impaciencia gubernamental.
Miguel Ángel Moratinos se refería a las tres opciones que ha puesto el Gobierno sobre la mesa: concesión de la nacionalidad española, estatus de refugiada política y recuperación del pasaporte marroquí. Todas rechazadas.
El titular de Exteriores hizo un alto en la XIX Cumbre Iberoamericana que se celebra en la ciudad portuguesa de Estoril para explicar que España ha hecho “todo” lo que tenía a su alcance para solucionar la situación de Haidar. Pero las ofertas han sido desestimadas por la saharaui una tras otra. El ministro no cree que esas negativas respondan a decisiones personales de la mujer sino que el grupo de personas que la acompañan influye en su actitud.
El pasaporte marroquí
Mientras el ministro hacía estos comentarios, su jefe de gabinete, Agustín Santos, se volvía a reunir en el aeropuerto de Lanzarote con la saharaui en busca de una salida. La primera entrevista, celebrada la pasada semana, se interrumpió por un desvanecimiento de Haidar motivado por su huelga de hambre.
El ministro indicó que hasta la que parecía la solución más complicada, la entrega por parte de Marruecos de un nuevo pasaporte, está bien encaminada porque la respuesta de Rabat a esta petición española “no ha sido negativa”. Aminatou fue deportada el 15 de noviembre de El Aaiún a Lanzarote por las autoridades magrebíes al negarse a rellenar un formulario en el que constaba que su nacionalidad era marroquí.
Rechazó la oferta de obtener el pasaporte español porque no quería ser “extranjera” en su país, el Sáhara. Sólo quiere el suyo, que es marroquí, y está en manos de la Policía de Rabat. El enviado del Ministerio y estrecho colaborador de Moratinos reclamó asimismo que finalice su huelga de hambre pues sería más útil para su causa “vivir para luchar no luchar para morir”.
También terció ayer en la polémica el defensor del Pueblo, Enrique Múgica, quien defendió los pasos que ha dado el Gobierno en aras del “interés general” que debe prevalecer sobre las posturas “individuales, por muy legítimas que sean”.
Para rematar el embrollo, el juzgado número ocho de Arrecife impuso a Haidar una multa de 180 euros por una falta de alteración del orden público el pasado 15 de noviembre, el día que llegó a la isla y comenzó su huelga de hambre. El fiscal apoyaba la sanción. Aquel día la activista se negó a abandonar las instalaciones del aeropuerto, que se cierran por la noche.
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