Anuradha Mitra Ghemawat India

"Me chocó el ruido nocturno"

La Vanguardia, , 23-11-2009

La primera vez que vivió un tiempo en Barcelona, a Anuradha Mitra Ghemawat le chocó mucho el estruendo de los camiones de la basura circulando de madrugada. India de nacimiento, residió durante 25 años en Estados Unidos, en una plácida localidad cercana a la Universidad de Harvard, donde su marido, Pankaj Ghemawat, enseñaba estrategia de negocios. “Pero en dos semanas me acostumbré al ruido nocturno, y ahora ya no lo oigo”, explica Anuradha, de 50 años, madre de una adolescente que se siente bien integrada aquí.

La familia Ghemawat se mudó a Barcelona en el 2006, tras dos estancias anteriores, una a principios de los años noventa y otra a inicios de este decenio, siempre por el trabajo del padre y marido, profesor en el Iese. “He vivido media vida en India, otra media en Estados Unidos, y ahora afronto una tercera cultura”, resume Anuradha, que ha tomado clases de formación intercultural para lidiar con el previsible choque.

“Nuestra gran suerte fue haber trabado amistad con catalanes en 1993, así que nunca nos hemos sentido segregados”, cuenta en su piso, desde el que se ve la Pedrera. Evoca así excursiones a una masía de Vic, y valora haber sido invitada junto con los suyos a festividades muy familiares y refractarias a admitir intrusos,como la de Reyes. “La familia aquí es muy importante – razona-.Impresiona ver cómo la gente tiene largos horarios laborales pero se las arregla para reunirse al menos una vez al mes, en familias extensas. Algo así es imposible en Estados Unidos, donde la familia se reduce a la pareja y los hijos, y se cambia mucho de ciudad”.

En las dos primeras estancias en Barcelona, Anuradha no se implicó demasiado, pero cuando vivir en Barcelona se convirtió en una apuesta de vida, cambió de enfoque. Forma parte de la Barcelona Women´s Network, red social de mujeres anglohablantes articulada en internet, formada por expatriadas y por algunas españolas y catalanas.

Los quebraderos de cabeza más habituales de este colectivo rotan en torno a dónde comprar comestibles de sus países de origen, cómo dar con un médico que hable en inglés o elegir colegio y cómo lidiar con la burocracia. “Yo también he sentido frustración ante una ventanilla, pero las dificultades con la burocracia existen en todas partes, no son específicas de España o de Catalunya”, arguye. Para el transporte público tiene elogios: “En Boston era peor, y me gusta la puntualidad de Renfe, desconocida en los ferrocarriles de India”.

Anuradha Mitra Ghemawat, doctora en Ciencias de los Materiales por la universidad tecnológica india BITS Pilani, ha preferido hablar en inglés en esta ocasión. “Pero cada vez uso más el castellano, y puedo entender un poco de catalán”, dice. Cita la ayuda lingüística de su portero, Julián Puego, y la buena voluntad de las tenderas del mercado: “Incluso si chapurreas sólo cinco palabras, intentan ayudarte a expresarte. Nunca he tenido problemas graves de comunicación.”

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