«Las fronteras hay que derribarlas»

El Mundo, AIRE PARDO, 18-11-2009

Música. La inmigración se erige como protagonista de la Semana de Autor 2009, festival que organiza la SGAE Las estatuas desgastadas del patio ajardinado de la SGAE se yerguen entre arbustos para acoger a Justin Tchatchoua, músico camerunés arribado a la capital en 1982, a Marwan, cantautor aluchero fruto del mestizaje hispano – palestino, y a Álex Ferreira, dominicano trotamundos. Todos ellos reunidos para derribar fronteras con su música en la Semana de Autor 2009.


Pregunta. – ¿Por qué es necesario que la SGAE dedique un proyecto como éste a músicos inmigrantes?


Álex Ferreira. – Porque cada vez hay más, no hay manera de obviarlos.


Marwan. – Porque la población inmigrante también tiene su demanda de ocio.


Justin Tchachoua. – Porque es una manera ideal de enriquecer la cultura española.


P. – ¿Ser inmigrante es una dificultad añadida para salir adelante como músico, o el artista está por encima de las fronteras?


J. T. – El arte está por encima de las fronteras, pero el artista inmigrante se encuentra en un país desconocido, con compañías que apuestan por valores nacionales.


P. – ¿Qué les sugiere el concepto de frontera?


M. – Lo único que hay que hacer con una frontera es derribarla. Es un sitio que crea injusticia constantemente, pues sirve para que los países pudientes sigan siéndolo a costa de que otros no lo sean jamás. (Todos asienten)


P. – ¿Qué tiene Madrid para que hayan decidido establecerse aquí?


A. F. – Yo tenía claro que quería hacer canciones en castellano y vivir en una ciudad un poco más grande, donde se pudiese tocar más. Tenía las opciones de México DF, Buenos Aires o Madrid, y como me encanta la paella y la fabada… (risas)


J. T. – Yo no lo decidí; la vida me trajo aquí, y aquí me quedé.


P. – Ferreira, usted que ha vivido en Nueva York y Miami, ¿el trato que reciben los inmigrantes en EEUU es distinto al de aquí?


A. F. – El europeo es más condescendiente con la inmigración que el norteamericano.


P. – Y usted, Tchatchoua, que quizá haya sido el primer africano paseando por la Gran Vía, qué cree que le hace falta a los españoles para que acepten el multiculturalismo?


J. T. – La integración tiene que venir de ambas partes: el inmigrante tiene que esforzarse por adaptarse y el nativo tiene que mostrar interés por el que viene de fuera. Y la música es una herramienta ideal para facilitar este proceso.


P. – ¿Qué le dirían a la gente que piensa que una sociedad multicultural es más pobre al perder parte de su identidad nacional?


A.F. – Que me parece una estupidez… Cerrarse al resto del mundo es lo más estúpido que se puede hacer.


P. – ¿Qué detestan de esta ciudad?


(Silencio sepulcral)…


A.F. – …¡Las servilletas de los bares! No secan (carcajadas). Yo creo que hay que cambiar las servilletas de los bares de Madrid, sobre todo cuando comes calamares y fritura; coges la servilleta, te haces así, y toda la grasa sigue ahí…


M. – Serán impermeables…


P. – A la hora de abrirse paso en el mundo de la música todos ustedes optan por la autogestión, ¿tan mal está la industria?


R. – Sí (a tres voces).


M. – El concepto de industria tradicional está en crisis. El modelo actual se está desplazando hacia la autogestión porque el reparto de beneficios es más justo.


P. – ¿Qué es lo que pasa y qué tendría que suceder para que cambiara la situación?


M. – Habría que reducir dos cosas: la cantidad de intermediarios y su porcentaje de beneficio. No se puede tolerar que el intermediario se lleve más dinero que el autor y el vendedor, siendo además el que menos se implica en el trabajo. Hay que acabar con el intermediario y hacer un producto más directo, más autogestionado.


A. F. – Además, internet es una amenaza plagada de oportunidades. Spotify, por ejemplo, es una página web que te permite descargar la música que desees, pero paga a las discográficas. Lo que hay que entender, es que la música no puede ser gratis.


Semana de Autor 2009. Sala Galileo Galilei, c/ Galileo, 100. Hasta el 19 de noviembre. Entrada gratuita.

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