Juzgan a una pareja por obligar a una mujer a prostituirse utilizando vudú

El Mundo, GERMÁN GONZÁLEZ, 17-11-2009

El fiscal pide 20 años de cárcel y multa de 7.800 euros para cada uno de los procesados Barcelona


Le cortaron las uñas y mechones del pelo para amenazarla con utilizarlos en un ritual vudú si no se ganaba la vida en clubs de prostitución y les entregaba el dinero que ganaba. Éste fue el relato de la víctima, una testigo protegida de nacionalidad nigeriana, en el juicio que se celebró ayer en la Audiencia de Barcelona contra la pareja Mari T. y Zinno A. O., acusados de los delitos de detención ilegal, favorecer la inmigración ilegal con finalidad de explotación sexual y falsedad documental. Por todos ellos el fiscal pide en sus conclusiones provisionales una pena de 20 años de prisión y multa de unos 7.800 euros para cada uno de los acusados.


Según la acusación pública, los procesados, de nacionalidad nigeriana y vecinos de Barcelona, se valían de contactos familiares en su país para recibir a jóvenes mujeres. Las víctimas llegaban «convencidas» de que se les había ofrecido una oportunidad de trabajo, aunque nada más llegar, los procesados les explicaban a las mujeres que habían contraído una deuda por las gestiones para traerlas y las colocaban en clubs de alterne donde tenían que trabajar ejerciendo la prostitución. Además, para evitar que escapasen o denunciasen su situación, los acusados amenazaban a las mujeres con conjuros de vudú que supuestamente les harían «perder la razón, si no sus vidas», y otros males que sufrirían sus familias en Nigeria.


La Fiscalía también destaca que los procesados falsificaban la documentación que necesitaban las mujeres para entrar a España. Pese a que la acusación pública destaca que fueron varias, por anotaciones del acusado Zinno A. O. que se encontraron en su domicilio, en el juicio celebrado ayer sólo declaró una testigo protegida. Esta mujer explicó que en enero de 2007 conoció en Nigeria a una tal Lída, que le ofreció contactar con los procesados, que estaban en Barcelona, para que la ayudasen a encontrar trabajo «de secretaria» en España. La testigo relató como, en los meses siguientes, los procesados la enseñaron «a defenderse» en español hablando con ella por teléfono, hasta que el acusado le pidió fotografías para hacer los tramites. Aún así, antes de viajar, el padre del procesado acompañó a la víctima a un brujo local que le hizo un conjuro de vudú, cortándole el pelo y las uñas.


La víctima voló en marzo de 2007 a Barcelona, totalmente controlada por teléfono por los acusados, que la fueron a buscar al aeropuerto. Una vez aquí, los procesados le dijeron que tenía una deuda con ellos de 50.000 euros y que tenía que pagarla prostituyéndose en clubs de alterne. Además, durante el tiempo que la víctima estuvo en Barcelona con los acusados fue amenazada, retenida contra su voluntad y golpeada. Incluso cuando la enviaron a un club de Sevilla, los acusados la llamaban por teléfono para controlarla.


La víctima pasó por varios locales de prostitución en Andalucía, País Vasco y Valencia, hasta mayo de 2008 cuando fue detenida por la policía, y cuando iba a ser expulsada a su país, denunció a sus captores.


En el juicio, los acusados negaron haber traído mujeres desde Nigeria y obligarlas a prostituirse, así como retener a la testigo protegida contra su voluntad. También destacaron que nunca habían practicado vudú ni amenazar con hacerlo. El procesado explicó que tenía una novia en Sevilla que cuando rompió con él por culpa de su actual pareja, la otra acusada, lo amenazó, y que se llama igual que la testigo protegida.

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