Salt detecta un gran aumento de 'pisos patera' por la crisis
El Mundo, , 15-11-2009Girona
El municipio de Salt, que tiene uno de los índices de inmigración más elevados de Cataluña, ha visto como la crisis económica ha afectado en gran medida a sus vecinos y ha hecho que afloren los llamados pisos patera. El Ayuntamiento ha detectado, gracias al Plan Local de la Vivienda, 79 pisos en los que viven 9 o más personas, y otros 1.300 desocupados por el miedo de sus propietarios a que los inquilinos no les paguen el alquiler o se los destrocen.
Estas cifras se dieron a conocer ayer en una Jornada sobre la Vivienda sobreocupada y la infravivienda, organizada por la Diputación de Girona y la Generalitat, que tenía por objetivo conocer el marco normativo que regula las condiciones de acceso y uso de las viviendas, y cómo se vulnera a través de usos inadecuados. En este marco, el Plan Local de Vivienda de Salt puso de manifiesto la existencia de 79 pisos patera, situación que se ha agravado en los últimos meses debido a la crisis económica. El difícil momento económico ha hecho que decenas de personas de esta localidad hayan sido desahuciados por no haber podido pagar la hipoteca. La mejor solución que han encontrado para vivir bajo un techo ha sido la concentración, es decir, vivir varias personas en un piso para que los gastos sean los menores. Esta situación ha creado serios problemas de sobre ocupación al menos en 79 pisos y ahora, una vez detectados por el Consistorio, se pretende reconducir esta situación intentando utilizar parte de los centenares de pisos vacíos que también se han localizado en este municipio.
La alcaldesa de Salt, Iolanda Pineda, afirmó que hay muchos más pisos vacíos que pisos patera, y que se debe buscar la manera de ponerlos en el mercado, ya sea en alquiler o venta. «Hay que conseguir un equilibrio», y para la alcaldesa una forma es la de llevar los pisos desocupados a la bolsa de vivienda gestionada por el Ayuntamiento. Una solución para la sobresaturación de pisos sería que salieran al mercado estos pisos cerrados, cuyos dueños, según Pineda, «tienen miedo de ponerlos en el mercado, de que haya impagados, de que una vez que sean impagados y se haya hecho un desahucio se les destroce el piso, por todos estos riesgos que tiene poniéndolo en el mercado, algunos de ellos prefieren tenerlo cerrado».
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