El marido de Nora admite que discutieron antes de su desaparición

El Correo, DAVID GONZÁLEZ, 07-11-2009

La Policía autónoma continúa la búsqueda de Nora M., la joven magrebí de 23 años desaparecida en Vitoria desde el 25 de octubre. Las investigaciones para esclarecer su paradero mantienen abiertas las dos hipótesis adelantadas ayer por EL CORREO; su marcha voluntaria a otro destino – se trabaja sobre una pista que la situaría en la costa levantina – , o un posible homicidio.

Esta última posibilidad se apoya en la declaración realizada por el marido, también de origen marroquí, quien admitió en el interrogatorio al que fue sometido haber mantenido una discusión con la joven «antes de que desapareciera». En el pasado, el hombre, «mucho mayor» que Nora, estuvo en prisión preventiva y un juez le impuso una orden de alejamiento por maltratarla. En la actualidad se encuentra en libertad vigilada, con la obligación de presentarse a diario en la comisaría de Lakua.

Mientras tanto, los encargados de la investigación – el Juzgado de Violencia sobre la Mujer se ha hecho cargo del caso – no han descartado ninguna de las dos hipótesis. Las pesquisas policiales, además, han destapado un matrimonio tormentoso, con varias rupturas y reconciliaciones entre la pareja, que tiene dos niños de corta edad, ahora bajo la custodia de la Diputación Foral de Álava.

Antes de desaparecer sin dejar rastro, y según declaró su marido a la Ertzaintza, Nora, que se alojaba en el albergue municipal (‘camas’) con sus dos pequeños, acudió al domicilio conyugal, ubicado en el barrio de Ibaiondo. Una vez allí, ambos mantuvieron una acalorada «discusión». El hombre, durante su declaración, presentaba arañazos en el rostro, presumiblemente causados por su mujer.

Éste agregó que los recibió cuando intentó impedir sin éxito que se marchara. Esa vez, insistió, fue la «última» que vio a Nora. Según ha podido saber este periódico, la relación entre ambos era más que tirante. Su matrimonio, les separa una gran diferencia de edad, fue «acordado» por sus respectivas familias en Marruecos. Durante los primeros tiempos de la estancia de Nora en Vitoria, la relación funcionó. Sin embargo, pronto surgieron los primeros roces, que pasaron a ser constantes con el paso de los meses. De hecho, ambos son «muy conocidos» entre los servicios sociales del Ayuntamiento.

De Marruecos a Vitoria

La joven llegó a denunciarle por malos tratos en una ocasión, pero sin presentar un parte de lesiones. El esposo, «creyente y buen musulmán» según su entorno, estuvo en prisión preventiva, y tuvo que cumplir una orden de alejamiento, que vulneró.

Nora optó irse a Marruecos. Tampoco se adaptó allí, por lo que pronto regresó a la península. En este caso probó fortuna en Almería, donde tiene allegados. Quizá debido a la falta de oportunidades laborales o a que las ayudas sociales son menos importantes que aquí, acabó por retornar a la capital alavesa. La vuelta desembocó en reencuentro con su marido.

La estabilidad, no obstante, tampoco duró en esta ocasión. Debido a las constantes desavenencias, la chica decidió alojarse en el albergue municipal en compañía de sus retoños. En esa situación se encontraba hasta que el 25 de octubre se precipitaron los acontecimientos.

Horas después de su desaparición, varias personas declararon a la Ertzaintza que la habían visto. Los testigos aseguraron que una chica joven, con una descripción similar a la de Nora, se subió a un autobús con destino a Alicante. La Policía autónoma ya ha pedido la colaboración a los cuerpos de seguridad nacionales para que la busquen en aquella zona. Estudia también, entre otras, las grabaciones de las cámaras de seguridad de la estación de Los Herrán.

Los investigadores realizaron una minuciosa inspección del domicilio conyugal sin encontrar rastro alguno. La búsqueda se centra ahora en los alrededores de Vitoria. De hecho, submarinistas de la Ertzaintza han inspeccionado el río Zadorra durante esta semana. Sin éxito.

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