Una mujer musulmana aborta tras recibir una paliza por no llevar velo
El Correo, , 07-11-2009Una mujer de origen magrebí ha perdido el hijo que esperaba días después de recibir una brutal paliza a manos de un hombre y una mujer, marroquíes como ella, por el simple hecho de no llevar puesto el velo islámico. Los hechos, ocurridos a mediados de octubre y conocidos ayer, no sucedieron en un país musulmán sino en Socuéllamos, una localidad de Ciudad Real de 15.000 habitantes. La víctima, de 31 años, había acudido al colegio público El Coso para recoger a su hijo. Allí coincidió con sus dos compatriotas – A. F., una mujer de 27 años, y M.F., un varón de 37 – , que también se habían acercado al centro a buscar al niño de uno de ellos.
Al percatarse de que la joven no llevaba puesto el velo, la pareja comenzó a golpearla con tal fuerza que tuvo que ser trasladada al Centro de Salud de la localidad. Al día siguiente, la agredida interpuso una denuncia ante la Guardia Civil, acompañada del correspondiente parte de lesiones. Días después, la joven tuvo que ser trasladada al Hospital General de Tomelloso, donde perdió el bebé que esperaba.
El 26 de octubre la víctima se presentó de nuevo en el cuartel de la Benemérita y comunicó a los agentes que había abortado como consecuencia de las lesiones sufridas por la paliza. El examen médico – forense encargado por el Juzgado que investiga la agresión indica, sin embargo, que no está probado que el aborto fuera consecuencia de la paliza, dado que ésta ocurrió el 14 de octubre y el aborto se produjo el 23.
Los dos agresores, que no guardan ninguna relación de parentesco con la víctima, fueron detenidos por la Guardia Civil a finales de octubre. El Juzgado de Instrucción número 1 de Tomelloso ha abierto un procedimiento para celebrar un juicio de faltas.
Sin miedo
La joven agredida, cuya identidad no ha trascendido, vive desde hace cuatro años en esta localidad manchega. Ayer, en declaraciones a la cadena Ser, dijo no sentir miedo tras lo ocurrido, aunque reconoció que había pasado «un horror». «No quiero volver a saber nada de este asunto ni volver a verlos», zanjó, en referencia a sus atacantes. «Estoy orgullosa de ser musulmana y el velo me lo pongo cuando tengo ganas».
A esas declaraciones les siguieron otras de su esposo, Abdel Hakim, que no hicieron sino añadir confusión al caso. El marido de la víctima aseguró a Radio Castilla – La Mancha que el velo «no tiene nada que ver en absoluto» con la paliza y que se «discutió de otra cosa», contradiciendo así la versión que su propia mujer había alimentado.
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