El perfil de la pobreza en la capital reincide en su cariz femenino y en un origen extranjero

Vitoria. Los informes son contundentes. La realidad lo es aún más y esboza a través de miles de dramas personales una situación que no se puede esconder y que no se debe ocultar. Pese a la cacareada bondad de las condiciones económicas que se disfrutan en estos lares, miles de ciudadanos de la capital pasan por momentos de verdadera necesidad que les impiden reunir el dinero necesario para poder comer, vestirse o pagar los gastos de vivienda o sanidad. Inmigrantes, mujeres y jóvenes representan una vez más el eslabón más débil de la sociedad y aquél que está a un paso de la marginación, y más ahora, con una recesión global que ha ennegrecido hasta límites insospechados el panorama. En ese contexto, las cifras asustan. Desde que se inició 2009, se ha producido un incremento espectacular de las solicitudes para acceder a las denominadas Ayudas de Emergencia Social (AES), que en Vitoria tratan de apaciguar los traumas que puntualmente pueden padecer los vecinos a la hora de asegurarse una morada en la que cobijarse.

El caso es que en dos años, el número de titulares que reciben esta prestación de las arcas municipales ha repuntado un 44%. Y lo peor no es eso, sino la tendencia descubierta, que avisa del empoderamiento de la pobreza en la capital. No en vano, el incremento de los perceptores gasteiztarras de AES de 2007 a 2008 fue del 12% y del 32% entre 2008 y este año.

Tales porcentajes son la conclusión que encabeza un informe del área de Intervención Social del Consistorio gasteiztarra, texto que avisa de las consecuencias de las situaciones de necesidad y del riesgo de exclusión social que se suceden en la capital alavesa debido al adelgazamiento de la economía. Si la tendencia sigue tal y como se prevé, el Ayuntamiento gasteiztarra augura que acabará el ejercicio con un déficit de casi medio millón de euros (486.146) en las partidas destinadas a satisfacer este tipo de ayudas, cuyo importe global al final del ejercicio podría consumir 9,9 millones 6,89 facilitados por el Gobierno Vasco y el resto (2,5 millones), por el erario municipal.

El informe en cuestión, al que ha tenido acceso en exclusiva DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, remarca que se ha incrementado el número de usuarios de la prestación y la previsión de gasto. En ese sentido, en el primer semestre del presente año, han sido 4.748 las familias que han recibido AES. Otro ejemplo: la nómina de junio la percibieron 4.609 unidades de convivencia a 139 que contaban con la ayuda se les suspendió la misma.

Las cifras de Intervención Social que se presentarán mañana en la correspondiente comisión municipal dan pistas claras sobre las necesidades más definidas de los vitorianos que más problemas tienen para llegar a fin de mes. En ese sentido, los registros establecen que el 62,6% de los perceptores de AES en junio cobraron la ayuda para poder pagar su alquiler. Además, otro 28,2% lo hizo como apoyo para mantener su piso y otro 9% para amortizar los intereses del crédito. Comparativamente con lo observado en años precedentes, las nuevas Ayudas de Emergencia Social se dedican cada vez más a satisfacer rentas y créditos en detrimento de las partidas para mantenimiento.

El perfil de los perceptores de AES reitera condiciones ya conocidas en situaciones de riesgo de exclusión social. De hecho, casi la mitad de las unidades convivenciales que logran encauzar su vida con estas ayudas está formada por una sola persona. Además, hay un 15,4% de madres o padres solteros con hijos y un 17,2% de familias tipo padre y madre más uno o varios vástagos. Además, el 55,7% de los titulares de las subvenciones es mujer, porcentaje que se extrapola a la condición política. Un 53,9% es extranjero. En ese sentido, cabe destacar que entre las mujeres, son mayoría las españolas. Sin embargo, entre los hombres ocurre todo lo contrario, ya que predominan los foráneos. Entre estos, magrebíes y sudamericanos copan más del 70% de los perceptores pertenecientes a su colectivo.

Unos y otros sufren las consecuencias de la falta de recursos y del déficit formativo a la hora de acceder a un empleo. Además, en el listado de AES hay muchos epígrafes repletos de sin papeles también afectados por problemas culturas o idiomáticos y de sufridores en primera personas por la actual coyuntura económica debido a ERE y similares. Las personas con enfermedades completan el listado .
Datos
Informe sobre AES en el primer semestre: El 75% de los titulares de estas prestaciones tiene una edad por debajo de los 51 años. Entre las personas más jóvenes (entre 18 y 35 años) no hay mayor representación de hombres ni de mujeres. A partir de esa edad, en todos los intervalos hay más mujeres que hombres. Esta diferencia es más notable entre los mayores de 65 años, intervalo en el que las mujeres son 3,5 veces. Condiciones: La edad media de los que reciben AES en la capital alavesa es de 43,7 años. Aparte, el 87,5% está en edad de trabajar. De ese porcentaje, un 38% tiene estímulos de empleo y un 49,5% no tiene ingresos por trabajo. Los estudios certifican que en la actualidad hay más familias que en años anteriores que no tienen ningún tipo de ingresos procedente de un empleo. De hecho, en 2007 seis de cada 10 personas en edad de trabajar y titulares de AES tenían además algún ingreso en concepto de trabajo; en el primer semestre de este ejercicio era proporción había bajado a cuatro de cada 10. Formación: Más de la mitad de los gasteiztarras que reciben este tipo de ayudas no tiene estudios o su nivel formativo está por debajo del graduado escolar. Los que tienen esa cualificación llegan a uno de cada cuatro. Un 20% tiene FP o algún estudio de carácter universitario. 50% de perceptores: La mitad de los titulares de las Ayudas de Emergencia Social en Vitoria es menor de 40 años. Por debajo de esta cota, los técnicos de Intervención Social han detectado una alta concentración de personas nacidas fuera del Estado.