El número de delincuentes extranjeros deportados desde Catalunya a sus países de origen desde enero hasta el pasado mes de octubre es de 503. Así lo dio a conocer ayer la Policía Nacional, responsable de la tramitación de los expedientes y de materializar su expulsión. Este gesto informativo de la Jefatura Superior de Policía de Catalunya, consistente en dar a conocer las cifras de expulsión, antes incluso de concluir el año, es muy poco habitual.

En las últimas semanas, tanto desde la Fiscalía, desde el Ayuntamiento de Barcelona y desde algunos ámbitos de la Generalitat se había reclamado al Ministerio del Interior mayor implicación con los problemas de multirreincidencia y prostitución callejera que afectaban a ciudadanos extranjeros. Desde algunos círculos se dio a entender que el número de expulsiones de extranjeros habían bajado con respecto a años anteriores. Los datos facilitados ayer van en otra dirección.

Según las cifras facilitadas por la Jefatura Superior de Policía de Catalunya, el número de ciudadanos extranjeros expulsados con numerosos antecedentes policiales fue de 503 en los últimos diez meses. Se trata, según las mismas informaciones, de un incremento del 14% respecto al número de deportaciones ejecutadas durante al mismo periodo del 2008.

El informe policial desvela las incidencias al detalle de este pasado mes de octubre, muy intenso en lo que al debate por la multirreincidencia se refiere. De esta manera, durante el mes pasado se expulsó a 66 ciudadanos extranjeros de los que 49 – el 74,2%-poseían antecedentes por diferentes delitos.

Uno de esos expulsados durante el mes de octubre es el ciudadano marroquí Abdelaziz B., que tenía en su historial 36 antecedentes policiales por diferentes delitos. En concreto, 29 detenciones por delitos contra la salud pública, cuatro contra el patrimonio y tres por delitos contra las personas. Este hombre fue expulsado el pasado 30 de octubre.

Cuatro de los deportados durante el 2009 suman un total de 113 detenciones. Además del caso ya comentado, se encuentran Darwin Eduardo G. L., con 21 antecedentes; Dahou B,, con 25 detenciones; o Mustapha K., con 31.

A pesar de que uno de los principales problemas para la repatriación de delincuentes es que muchos de los países no reconocen a sus ciudadanos, la agilización de trámites cuando el expediente es viable es algo en lo que las administraciones sí pueden tomar iniciativas. Un ejemplo de esta necesidad fue la puesta en marcha hace unos meses de una oficina de extranjería, dependiente de la Policía Nacional, en la central de los Mossos de Barcelona en Les Corts. Esta oficina, situada junto a los calabozos centrales de la ciudad, permite comprobar en el banco de datos de Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsificación (Ucrif) sobre cualquier detenido.