¿Donde está Nora?

El Correo, DAVID GONZÁLEZ, 06-11-2009

¿Qué le ha ocurrido a Nora M.? ¿Por qué ha desaparecido desde hace doce días dejando atrás a sus dos niños de dos y tres años? ¿Continúa viva? Éstas son algunas de las preguntas que se hacen sus allegados y la Ertzaintza, que ha abierto una investigación a instancias del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vitoria para intentar localizarla. Esta joven magrebí de 23 años, casada con un marroquí también residente en la capital alavesa, lleva en paradero desconocido desde el pasado 25 de octubre.

Desde esa fecha no se ha vuelto a saber nada de ella. Nora, que había sido objeto de malos tratos «en varias ocasiones», según fuentes de la investigación, se encontraba alojada junto a sus pequeños en el albergue municipal (‘camas’). De hecho, tanto los servicios sociales del Ayuntamiento vitoriano como la Policía Local – encargada en un principio de su búsqueda – , le habían atendido más de una vez por haber sufrido violencia de género.

La joven desapareció del albergue de la avenida del Mediterráneo, por lo que la Guardia Urbana inició una investigación para esclarecer los hechos. Al no encontrarla en la vivienda de Ibaiondo donde reside, comunicó su desaparición a la Justicia. Ante los antecentes por malos tratos, el caso fue asumido por el Juzgado de la Violencia sobre la Mujer, que ordenó inmediatamente a la Ertzaintza la búsqueda de Nora. La magistrada decretó además el secreto de sumario.

Carteles en locutorios

Mientras efectivos de la Policía autónoma tratan de descubrir su paradero, una parte de la comunidad magrebí residente en Vitoria se ha movilizado en un intento de aportar alguna pista válida. Varios locutorios situados en el Casco Viejo han colocado fotografías de la joven sobre un cartel en el que se indica su descripción física – «estatura normal, algo baja y delgada» – y se dejan teléfonos de contacto. Esta iniciativa, sin embargo, todavía no ha dado fruto alguno.

La Policía ha interrogado además al marido de la desaparecida, «que aseguró desconocer dónde estaba», mientras que la juez ordenó su libertad vigilada. Esta decisión supone que tiene la obligación de presentarse de forma periódica en el Palacio de Justicia de la capital alavesa.

Fuentes conocedoras del caso aseguran que la Ertzaintza trabaja en dos líneas claras de investigación. La primera, que Nora haya huido de forma voluntaria de Vitoria tras la dura relación que mantenía con su pareja. Esta hipótesis apenas se sostiene por varias cuestiones. Por ejemplo, que la joven conoce muy pocas palabras en castellano. Esa circunstancia le obligaba a depender de otras personas a la hora de desenvolverse en la ciudad, donde pretendía encontrar un trabajo. ¿Cómo pudo entonces valerse por sí misma para desplazarse a otro lugar? La otra duda que podría dejar en el aire la posibilidad de la marcha voluntaria se refiere a sus dos hijos. Ambos permanecen en la capital alavesa en un piso tutelado por la Diputación. Nora, como cualquier madre, les profesaba «un amor profundo y verdadero».

De ahí que los investigadores no hayan descartado la opción de un posible homicidio. Quizá por este motivo su esposo permanece aún en situación de libertad vigilada tras haber prestado declaración. Éste, según ha podido conocer EL CORREO, aseguró en el interrogatorio que no sabía «nada» de su desaparición. La Policía Local, que asumió en un principio la búsqueda, también ha descartado que su marcha haya sido voluntaria.

De las más innacesibles

En este sentido, el domicilio conyugal – ubicado en el barrio de Ibaiondo – ha sido registrado por las fuerzas de seguridad en busca de algún resto biológico, u otras pruebas que pudieran ayudar a dar con su paradero.

La investigación policial tampoco está resultando sencilla. Fuentes conocedoras del caso admiten que la Ertzainta no encuentra demasiado apoyo en la comunidad magrebí – a pesar de la iniciativa de empapelar varios locutorios con carteles alusivos a la desaparición – , que se caracteriza por ser poco acesible. De hecho algunas de las fotografías ya han sido retiradas.

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