Inmigrantes sin estereotipos

Diario Vasco, 05-11-2009

IRUN. DV. El Gazteleku Martindozenea acogió ayer una jornada técnica sobre inmigración dirigida a los profesionales de distintos sectores que tienen relación directa con personas que llegan desde otros países. Educadores, personal sanitario, de los servicios asistenciales, así como de colectivos y asociaciones diversas participaron en la cita. Al encuentro asistió también la delegada municipal del área de Bienestar Social, Cristina Laborda.

El principal punto del programa del día era una conferencia del co – director del Observatorio Vasco de Inmigración Ikuspegi, Xabier Aierdi. Durante una hora, Aierdi se dirigió a los asistentes para exponer la realidad del panorama actual. Lo primero que quiso destacar es que aproximadamente «durante 10 años hemos sido una sociedad receptora», y aunque seguirán llegando inmigrantes , el esfuerzo debe dirigirse ahora a la asimilación del gran volumen de gente que ha llegado desde otras tierras a ésta. Es el concepto de integración. Aierdi pudo tirar del propio nombre del departamento que dirige (Ikuspegi significa perspectiva en euskera) para recordar que hay varios puntos de vista desde los que afrontar el reto de pasar «de la coexistencia a la convivencia».

La cuestión subjetiva

No todas las sociedades son iguales y dentro de cada una de ellas, no todas las personas lo son tampoco. Lo mismo pasa entre los inmigrantes . «Como ocurre entre los autóctonos también: no todos tenemos el mismo grado de implicación en la sociedad».

Aierdi destacó este componente subjetivo. «Los datos son importantes porque son un reflejo objetivo, pero hay mucho más», dijo para subrayar que la realidad de la inmigración abarca más allá de las estadísticas con las que se trata habitualmente este asunto. «En el día a día, las personas encontramos inmigrantes en nuestra vida que rompen con el estereotipo que tenemos de ellos». Ése es sin duda un valor importante a la hora de hablar de integración social.

Lo es también el trabajo, ya que si hay que destacar dos vertientes fundamentales de la aportación de cada persona a esta sociedad occidental en la que vivimos, son sin duda la de trabajadores y consumidores. «La sociedad necesita a los inmigrantes como consumidores, pero los rechaza como trabajadores porque teme que le quiten de lo suyo». Esta paradoja económica viene acompañada, en demasiadas ocasiones, de una presión de la precariedad laboral aún mayor sobre el colectivo inmigrante. «Para hacerle frente es necesaria mayor seguridad en la respuesta de las prestaciones sociales». Claro que esto tiene un precio que se puede pagar de muchas formas. «A esa pregunta nos enfrentamos para encarar el futuro: ¿a qué renunciaremos para poder dar respuesta a la necesidad de integración?».

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