Los inmigrantes se resisten a regresar a sus países pese al azote del desempleo
Diario Sur, , 02-11-2009El sueño que les animó a empezar una nueva vida en tierra extraña se desvanece. Llegaron con una maleta cargada de ilusiones y de expectativas laborales y muchos no tardaron en encontrar trabajo, mayormente en la hostelería, en la restauración o como personal doméstico. Pero la crisis es igual para todos e incluso peor para los inmigrantes, que además de sufrir el azote del paro arrastran las penurias del desarraigo. No se desaniman, sólo lo justo. La mayoría se resisten a volver a su país y optan por aguantar el chaparrón económico a la espera de que escampe. «Si no es porque están muy desesperados la verdad es que prefieren quedarse aquí», apunta Marien Bardera, responsable de Inmigración de Cruz Roja Marbella.
Los datos avalan su percepción, forjada en el contacto con los extranjeros que día a día pasan por su oficina. Desde que el Gobierno central puso en marcha el llamado plan de retorno voluntario de inmigrantes, que permite a las personas que estén percibiendo una prestación por desempleo volver a su país de origen con el cobro de la totalidad del subsidio en dos plazos (el 40 por ciento en España y el 60 por ciento cuando lleguen a su país), tan sólo 69 personas se han acogido a la medida; 63 en Marbella y seis en San Pedro Alcántara. Eso, pese a que en la ciudad hay 2.997 extranjeros en situación de desempleo – de ellos, casi dos tercios son de alguno de los 20 países que tienen suscritos convenios bilaterales en materia de Seguridad Social y pueden acogerse al programa de retorno voluntario – y pese a que el paro en este sector de la población ha subido un 57 por ciento en un año.
La mayoría, aprobadas
Tampoco todas lograron el visto bueno. De las 69 solicitudes tramitadas por las oficinas del Instituto Nacional de Empleo (INEM) en Marbella y San Pedro hasta final de agosto, 60 fueron aprobadas, ocho denegadas y cuatro archivadas, principalmente por el desistimiento de las personas interesadas, en su inmensa mayoría procedentes de Latinoamérica. De hecho, dos tercios de los solicitantes del retorno voluntario fueron ecuatorianos (39), seguidos de colombianos (7), venezolanos (5), chilenos (3) y de la Federación Rusa (3).
«Ecuador es un país emergente, está mejorando la situación social. La gente ve que ahora puede vivir mejor allí que aquí y algunos hasta han generado autoempleo en su tierra con el dinero que han ganado», señala Hamido Ahmed, coordinador de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes. Se conoce al dedillo la realidad de los foráneos que residen en la ciudad, que ascienden a 33.415 personas, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, y a los que hay que sumarles los alrededor de 2.000 sin papeles que se calcula puede haber en el término municipal. A su juicio, las estadísticas del programa de retorno voluntario son engañosas. «Mucha gente no se ha vuelto porque no tiene lo suficiente cotizado como para acogerse al desempleo o porque ya lo habían agotado antes de que entrara en vigor la medida», apunta Ahmed, que conoce casos de familias enteras que han emprendido el camino de vuelta incluso dejando sobre la mesa del banco las llaves de su casa hipotecada. «Si hubiera indemnizaciones u otro tipo de condiciones se irían más personas», añade.
En esta situación, la de los inmigrantes que no perciben el paro, la única salida es acudir a las ONG que gestionan ayudas puntuales para costear los billetes, caso de Cruz Roja. Su responsable de Inmigración en Marbella, Marien Bardera, explica que los demandantes deben llevar seis meses en España, tener el pasaporte en vigor y carecer de recursos económicos. «Son sobre todo personas indocumentadas que tienen cargas familiares y que se han quedado sin trabajo. Los que están de forma legal no suelen optar por el retorno», apunta. En total, de enero a julio, 37 personas han reclamado estas ayudas a través de la oficina de Marbella, mayormente sudamericanos, hacia donde los precios de los vuelos se disparan.
«Hay mucha gente que viene a pedir información a las oficinas pero que quieren irse inmediatamente y este tipo de ayudas está tardando un tiempo», añade Bardera sobre esta puerta que se les abre a los foráneos que no pueden subirse al programa que gestiona directamente el Ministerio de Empleo a través del INEM. Desde la Delegación de Bienestar Social del Ayuntamiento también se encargan de asesorar a los inmigrantes en los trámites que deben completar para volver a su país. «No es algo que esté pidiendo mucha gente, es algo ocasional», señala el concejal del área, Manuel Cardeña, que sí certifica que existe un gran desconocimiento sobre los organismo a los que acudir cuando se quiere regresar al lugar de origen y sobre los requisitos que deben cumplir.
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