Una auténtica contradicción

Diario de Noticias, 27-10-2009

La ikastola Paz de Ziganda de Villava organizará la fiesta del próximo año, la número 30

El otro día, sobre las ocho de la tarde, me disponía a comprar en un supermercado en Pamplona, dejé mi coche en carga y descarga un instante para hacer la compra. En la puerta del establecimiento, había un hombre joven sentado. Le dije que si veía a la Policía o a los guardianes de la zona que, por favor, me avisara. En ese momento, llegó la Policía Municipal y aparcó su vehículo junto al mío. Les pedí, por favor, que, a pesar de estar en zona de carga y descarga, me dejaran aparcar ahí un instante, mientras hacía la compra, ya que no tenía dinero para pagar la zona azul. La contestación del joven agente fue: “¿No tiene dinero para la zona azul y sí para hacer la compra?”. No tenía monedas, sólo un billete de 20 euros que no admite la máquina, asunto que no incumbe absolutamente al agente, pero no creo que tengan que ser tan desagradables con los ciudadanos. Además, sólo era un momento.


Como he dicho antes, había un hombre sentado en la puerta del supermercado. Hablé con él, le dije que fuera al Ayuntamiento a pedir que le dieran un sitio para dormir él, su esposa y sus dos hijos, ya que dormían en la calle. No hay derecho a que unas personas, por el hecho de ser pobres inmigrantes , duerman en la calle. No es justo. Sé que hay mucha gente en su situación, pero también sé que se les puede hacer un sitio donde puedan dormir. Hay terreno para ello. Le compré un poco de jamón serrano y una caja de quesitos, pero siento rabia por no hacer más por estas personas. Ojalá pudiera ayudarles.


Para finalizar, me gustaría recordar que se van a limpiar y restaurar las campanas y la fachada de la Catedral. Se van a gastar, si no estoy mal informada, unos cinco millones de euros. Y este dinero va destinado a la Iglesia, mientras en la calle hay miseria. ¡Vaya contradicción!

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)