El juicio por el asesinato racista de una egipcia pone en alerta a Dresde

El Correo, ENRIQUE MÜLLER, 27-10-2009

El 1 de julio pasado, Axel Wiens, un rusoalemán de 28 años acudió a la Audiencia de Dresde para conocer el monto final de una multa que debía pagar por haber insultado a una mujer egipcia a la que había calificado como «terrorista islámica» y «cerda» por ir cubierta con el velo islámico. Pero la jornada, marcada por la rutina, terminó en una tragedia que envenenó las relaciones de Alemania con el mundo árabe y que hizo creer a El Cairo que la Justicia germana está contaminada por el odio racial.

Cuando nadie lo esperaba, el joven esgrimió un cuchillo de cocina de 18 centímetros y se abalanzó sobre Marwa el – Sherbini, una egipcia de 31 años embarazada. La mujer recibió 16 puñaladas y su esposo fue herido en igual número de ocasiones. La joven murió en el acto y su cónyuge, que además recibió un balazo de un policía que lo confundió con el atacante, se debatió entre la vida y la muerte durante varias semanas.

Ayer, Wiens regresó a la Audiencia de Dresde, con la cara cubierta y esposado de pies y manos, para hacer frente a las acusaciones de asesinato e intento de asesinato que presentó la Fiscalía. «El acusado sabía que sus víctimas no esperaban un ataque y actuó en forma alevosa. Motivado por un odio fanático a los musulmanes, a quienes les había negado el derecho a vivir, asesinó a Marwa el – Sherbini e intentó matar a una segunda persona», dijo el fiscal.

El juicio, que tiene en estado de alerta a la ciudad de Dresde, durará tres semanas y durante todo ese tiempo la audiencia se convertirá en una fortaleza protegida por más de doscientos policías. Ayer, las autoridades aislaron el edificio del tráfico, ordenaron el despliegue de tiradores de élite en los tejados vecinos, instalaron detectores de metal en la entrada, protegieron la sala con ventanas blindadas y encargaron la construcción de una ‘jaula’, también a prueba de proyectiles para proteger al acusado.

Las medidas de seguridad no son gratuitas. Cuando se produjo la tragedia, el Gobierno Merkel tardó varios días en reaccionar y durante ese tiempo cientos de manifestantes en las calles de El Cairo y Alejandría gritaban consignas contra Alemania y acusaron a la Justicia germana de haber actuado de forma negligente.

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