EFECTOS SOCIALES DE LA RECESIÓN|LAS ALTERNATIVAS

La crisis lleva a las musulmanas a entrar en el mercado laboral

# 3.200 extranjeras se han apuntado por primera vez este año en las listas del paro # • «Al quedar el marido desempleado, ellas pierden la reticencia a salir», dice una técnica

El Periodico, , 26-10-2009

ANNA LLUÍS
TORTOSA

la crisis está abriendo las puertas de sus hogares. Las mujeres musulmanas, relegadas durante años al interior de sus casas, empiezan a hacerse también visibles en el mundo laboral. Su papel, aunque solo sea porque las circunstancias obligan, sale cada vez con mayor ímpetu del círculo privado. De hecho, solo en el último año casi 3.200 mujeres extranjeras se han apuntado por primera vez en las listas de demandantes de empleo en Catalunya, lo que supone, según datos facilitados por la Conselleria de Treball de la Generalitat, un incremento del 328% entre septiembre del 2008 y el mismo mes del 2009.
«Al quedarse muchos de sus hombres en paro, las mujeres musulmanas han empezado a perder las reticencias a buscar trabajo como cuidadoras de ancianos, en la limpieza de hogares… están dando poco a poco el paso que nosotras dimos de forma mayoritaria hace algunas décadas», explica Carme Llopis, técnica de Inmigración del Ayuntamiento de Tortosa (Baix Ebre).
Pero queda aún mucho por andar. «Algunas han comenzado a trabajar, pero el problema es que cuando se quedan embarazadas y tienen hijos, vuelven a casa a cuidarles, porque los maridos aún no han dado el paso de encargarse de la prole en sustitución de la mujer», comenta Ana Algueró, concejala de Acción Social en la capital del Baix Ebre.

INVISIBLES / Pero también hay casos que rompen moldes, como el de Nadia Kausar, más excepcional aún por tratarse de una paquistaní. «En el ayuntamiento me lo comentaron: ¿de dónde has salido tú, si aquí las mujeres de Pakistán son invisibles?», recuerda Nadia, una bella mujer de ojos almendrados y tímida sonrisa.
Nadia llegó a Tortosa desde Barcelona hace unos meses, después de que a su marido le pusieran en la calle tras una década de trabajo en la cocina de un restaurante. «Fue un golpe muy duro para nosotros, pero con la indemnización pudimos montar este restaurante en Tortosa», comenta la pareja. Trabajan los dos, sirviendo cocina turca, india, paquistaní e italiana en un pequeño local céntrico. «Creo que esta es la solución», explica Nadia.

NEGOCIO PROPIO / El caso de Nadia es más singular si cabe porque son pocas las mujeres que se atreven a emprender un negocio. «Muchas familias no pueden seguir adelante por culpa de la crisis y lo que deberían hacer las mujeres es apoyar a sus maridos y salir a trabajar también porque el vagón avanza mejor con dos ruedas», afirma. El beneficio es doble, explica convencida: «Por un lado, nosotras sentimos que valemos más y tenemos la mente ocupada y, por otro, mejora la situación económica familiar».
«Para muchas mujeres, salir a trabajar fuera de casa es casi una obligación», añade Abderrahim Najib, secretario de la Asociación de Amigos del Pueblo Marroquí en Catalunya. Sobre todo, cuando en sus casas no entra otro salario
Para que el caso de Nadia sea más mayoritario hará falta saltar muchos prejuicios aún. «Mis propias amigas paquistaníes admiran mi valentía, pero ven difícil salir de casa porque sus maridos no quieren o porque ellas no se ven preparadas».
Qamar Alam, su esposo, era también reticente al principio, «pero ha cambiado mucho». «Los hombres creen que ellas no son capaces de hacerlo bien, pero se equivocan», comenta sonriente Qamar.

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