La BBC da la palabra a un líder racista desatando una agria polémica en todo el Reino Unido
Nick Griffin
niega el holocausto, defiende al ku klux klan y pide hundir los barcos de los inmigrantes
Deia, , 24-10-2009londres. Muchos se preguntan si uno de los canales de televisión más respetados del mundo, la británica BBC, debería dar voz a un político de extrema derecha y xenófobo, empeñado en conseguir un país sin extranjeros. Un cuestionamiento moral que finalmente no ha impedido que el canal público invitase a uno de sus programas de debate más conocidos a Nick Griffin, el blanco de toda la polémica. El líder del Partido Nacional Británico (BNP) se sentó en el plató de televisión mientras cientos de ciudadanos protestaban en la calle.
Pero él no dudó en exponer sus radicales posiciones sobre el islam, la homosexualidad y el Holocausto en una intervención que muchos analistas consideran que será perjudicial para el político.
Griffin esperaba que su aparición en el programa Question time (turno de preguntas) le reportara un auge de popularidad como ocurrió en la década de los ochenta con el ultraderechista francés Jean – Marie Le Pen tras una intervención televisiva. En esa ocasión, se duplicó el apoyo popular al Frente Nacional de Le Pen.
Griffin también quería entrar en el club de “los grandes” y por eso tomó asiento en el estudio de la BBC el jueves por la noche al lado de la guionista negra Bonnie Greer. La expectación era enorme: más de ocho millones de espectadores, casi el triple de lo habitual, se sentaron frente al televisor. Pero el papel que interpretó el político de 50 años no convenció a casi nadie.
Lejos de mostrar una retórica cautivadora y de lograr presentar sus mensajes populistas y demagógicos de forma atractiva, Griffin apareció nervioso, se contradijo, las palabras se le trabaron en la lengua. Ofreció respuestas muy poco convincentes. No aclaró por qué había calificado el Holocausto de mito, asegurando que el “derecho europeo” se lo impedía, para explicar después que además había cambiado de opinión. Empleó un confuso argumento para defender a un miembro del Ku Klux Klan que además fue interrumpido por los gritos del público.
“La BBC proporcionó a Griffin el oxígeno necesario para presentarse ante el gran público y él mismo se ahogó”, resumía después del debate el diario británico Independent. Y aún así, la aparición fue sumamente controvertida, como mostraron las oleadas de comentarios en Internet. Griffin no deja a nadie impasible con mensajes y propuestas radicales, como la de “hundir” todos los barcos en los que inmigrantes africanos tratan de alcanzar las costas del país.
Las opiniones sobre la mejor manera de desarmar a políticos de extrema derecha difieren no solo en el Reino Unido, sino en todo el mundo. Algunos optan por condenar a los racistas al aislamiento, otros creen que es mejor darles una tribuna pública para en evidencia.
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