«En América si el niño no baila bien, las chicas dirán que es feo»
Diario Vasco, 11-10-2009La idea es sencilla: juntarse toda la América Latina en la disco Itzela para celebrarse a sí misma y darse a conocer a las gentes de Gipuzkoa. Para que aprendamos no lo que ya sabemos, que llevan el ritmo en su ADN, comen plátano frito, hablan un castellano hermoso y emigraron por lo mismo que lo hicimos nosotros: para encontrar una vida algo mejor, sino lo que nos empeñamos en no ver: no todos pertenecen a bandas como los Latin Kings y muchos, aunque trabajen en lo que nosotros no queremos trabajar, son bachilleres, licenciados, doctores.
- Así que el plan es…
- Celebrar el Día de la Raza.
- ¡Elías, Rosa, Miguel! Ya no se celebra ese día. Y menos en Oiartzun. Y, además, ¿qué raza? Si ustedes son de mil diferentes, desde aztecas a mapuches.
- Pero ustedes sí la celebraban, ¿no? El 12 de octubre. Por lo de Cristóbal Colón…
- No vamos a ponernos a hablar de la Conquista y de Franco, ¿verdad?
- No, no. Ni de Pinochet ni de todos los otros. Aparte de que muchos pensamos que mejor hubiese sido si Colón se habría ido para las otras Indias.
- De acuerdo. Aunque para cuando él llegó, sus imperios de ustedes ya se mataban lindamente.
- Si empezamos así, podemos recordarte a vos los primeros y segundos apellidos vascos de la mayoría de los dictadores de Iberoamérica.
- ¿Ven ustedes lo que pasa cuando sale la palabra raza a relucir?
- No creas vos. Según qué raza. Nosotros hablábamos más bien de la que canta Rubén Blades.
- Esa no tiene que estar nada mal.
- Al revés, está muy bien porque es la raza panamericana con la que soñaba Bolívar, El Libertador.
- Originario de La Puebla de Bolívar, Vizcaya, cerca de Marquina.
- ¿Ves vos? Olvidemos la raza y el 1492. Nosotros lo que queremos es pasárnoslo bien, ser felices y dar a conocer nuestro continente de arriba a abajo. Y al revés. A partir de las 23.30 de hoy. En Itzela.
- ¿De Chile a Río Grande pasando por la Pampa y Río?
- Más o menos. Acaso argentinos, lo que se dice argentinos, no vengan muchos. Ya sabes cómo son: se sienten los europeos de Iberoamérica. ¿Brasileños? Ojalá aparezcan. Les felicitaríamos por los Juegos Olímpicos y por tener a Lula de presidente.
- ¿Qué pintamos los autóctonos, en ese despliegue de orgullo latino?
- ¡Tenemos tantas cosas que deciros! Que somos muchos y bien distintos. Qué creéis, que ahorramos todo lo que ganamos y enviamos el sueldo entero a nuestros países.
- Os es justo y necesario.
- Pero no totalmente cierto. Dejamos mucho dinero aquí. Nosotros tres pagamos por nuestros pisos alquileres fortísimos a gente guipuzcoana y te juro que los beneficios de Telefónica se han debido de quintuplicar desde que empezamos a venir para estas tierras. También queremos contaros que, aunque limpiemos vuestras casas y cuidemos a vuestros ancianos, muchos tenemos estudios. Somos universitarios.
- Eso es fácil de creer: nuestros licenciados en Filosofía reponen huevos en los supermercados -
- Pues entonces estos primeros Encuentros con las Américas van a ser muy fáciles y cómodos para todos. En el fondo, los humanos somos demasiado iguales. Desde nuestra grandísima diversidad.
- Claro: ustedes bailan mejor que nosotros.
- Y mira que ustedes lo intentan, ¿eh? Porque si no hay cien academias de baile latino en esta tierra no hay una. Lo malo es que no se mezclan con nosotros para bailar. Se quedan con los de su escuela. Bailemos mezclados, hombre.
- Repito: ustedes son puro ritmo.
- Es que al niño le enseñamos a moverse al tiempo que aprende el aeiou. ¿Y sabes por qué? Cuando se haga mocito y vaya a su primer baile, acaso todas las muchachas se le queden mirando por guapo. Pero si suena la música y no sabe bailar, todas dirán que nuestro niño es feo. Danzar en América es fundamental.
- ¿Qué me pongo para la fiesta?
- Hay que ir brilloso, reluciente.
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