Ahora son enviados a prisión si son detenidos, una medida que resulta demasiado cara

El Gobierno de Barack Obama ha decidido buscar nuevos emplazamientos para los inmigrantes sin visado que esperan a ser deportados. Para ello está estudiando alojarlos en antiguos hoteles y otros albergues en vez de enviarlos a prisión como hace ahora. En contra de lo que pudiera parecer, los motivos que han llevado a esta decisión no son humanitarios sino económicos.

Lo primero que harán las autoridades será clasificar a los inmigrantes. Los que hayan cometido delitos o estén considerados violentos seguirán yendo a la cárcel antes de su deportación. Pero las personas que no estén dentro de esa clasificación dejarán de ir a prisión aunque no estén en posesión del preceptivo visado. Para alojarlos, el departamento de Seguridad Interior que dirige Janet Napolitano estudia una serie de posibles emplazamientos: antiguos hoteles, residencias de ancianos en desuso, albergues? E incluso aumentar el uso de recursos electrónicos, como pulseras u otros dispositivos que permitan el control.

Todo ello con la intención de ahorrar. Y es que EE.?UU. gasta cada año 2.400 millones de dólares en el mantenimiento de los que esperan a ser deportados, una cifra de alrededor de 380.000 personas, también cada año.

Según los cálculos que maneja Napolitano, esa cifra podría bajar mucho con los albergues alternativos a las cárceles. Si la estancia diaria de una persona en una prisión está evaluada en 100 dólares, en uno de los locales que el departamento de Seguridad Interior evalúa bajaría hasta los 14 dólares al día.

Aunque los motivos de este cambio son claramente económicos, también están detrás las enormes críticas que la actuación gubernamental genera en las organizaciones de defensa de derechos humanos. Un dato importante es que a pesar de que en los últimos años ha habido varios intentos de criminalizar la inmigración ilegal y convertirla en delito penal, según las leyes estadounidenses se trata solo de una falta de carácter civil.

A pesar de ello, hasta el momento todas las personas detenidas que no estén en posesión de visado son enviadas a la cárcel mientras dura el proceso de deportación. Una situación que fue calificada hace solo tres meses como condiciones inaceptables en un informe realizado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.