El intenso tráfico de pateras procedentes de las costas marroquíes y argelinas que se detectó durante el fin de semana y ayer lunes en dirección a los litorales murciano, alicantino y almeriense certifican que la inmigración ileal sigue arribando a España en un goteo indiferente a la drástica caída de la oferta de empleo. Pero el avistamiento previo de la oleada de embarcaciones y su neutralización por el dispositivo de vigilancia (SIVE) demuestra que un eficaz sistema de detección resulta esencial para regular los flujos inmigratorios en el Mediterráneo y prevenir el mercadeo con seres humanos. Los dispositivos de control constituyen un instrumento imprescindible para anticiparse a los problemas en que puede derivar la llegada de extranjeros en situación irregular a entornos sociales que han visto seriamente mermadas sus expectativas económicas por efecto de la crisis. Ello implica acentuar la presión diplomática sobre los países de origen para que ejerzan su responsabilidad en la persecución de las mafias.