Excluidos, ‘sin techo’, indomiciliados, pobres, indigentes, vagabundos, mendigos. Hay muchas formas de llamar a estas personas sin hogar que viven al margen de la sociedad. Pero aun así su presencia es una realidad palpable en parques, calles y plazas de Vitoria. Y cada vez más. No en vano, pese a que es complicado cuantificar datos sobre ellos, los educadores de calle del Ayuntamiento de Vitoria, dedicados a su atención e integración social, calculan que son hasta sesenta los indigentes que, por una u otra circunstancia, duermen bajo las estrellas. El triple que hace sólo dos años.

La cifra no se ha reducido desde el mes de julio, cuando se llegaron a contar hasta medio centenar de personas ‘sin techo’ en la ciudad, y tanto la crisis como el incremento del paro tampoco invitan al optimismo. Pese a todo, para el concejal de Asuntos Sociales, Peio López de Munain, si el sistema funciona «no hay motivos para pasar una sola noche a la intemperie», porque el Ayuntamiento, recordó ayer a preguntas del grupo municipal del PNV, tiene espacios suficientes «para dar respuesta» a todas estas personas.

El ex alcalde de Vitoria e impulsor del albergue privado para indigentes de Betoño, José Ángel Cuerda, considera sin embargo, que la respuesta de las instituciones debe ir «más allá del mero asistencialismo». El antiguo regidor apuesta por una integración social «en su plenitud», basada en la «atención constante e integral» a estas personas que, en términos generales, responden a un mismo perfil.

Son en su mayoría hombres – tan sólo diez mujeres pernoctan al raso en la capital alavesa – , con una edad media de 40 años y «adictos a sustancias tóxicas». «La mitad de ellos – detalló López de Munain – son extranjeros y, de ellos, el 25% procede de la Europa comunitaria. De los españoles, la mitad son ciudadanos vascos».

Estaciones y jardines

La plazuela de Renfe, los jardines de la plaza de Santa Bárbara o las inmediaciones de la estación de autobuses son algunos de los lugares elegidos por este colectivo para dormir. Pero también se meten en casas deshabitadas, pabellones derruidos o furgonetas. Así, en lo que va de año, la Policía Local ha desmantelado un total de 34 asentamientos irregulares repartidos por diferentes zonas de la capital, como Errekaleor, Aretxabaleta, polígonos industriales e, incluso, dentro de la propia ciudad.

Para Satur García, que ayuda a muchas de estas personas, sin embargo, el Ayuntamiento de Vitoria «se sigue olvidando de los grandes excluidos, de los más desgraciados». A saber, de aquellas a las que, pese a no aceptar ningún tipo de norma, «no se puede abandonar a su suerte». Por este motivo y pensando en ellas, García ha impulsado una nueva asociación, Bultzain, para la que ya ha reclutado a varios voluntarios dispuestos a colaborar.

Y junto a ellos confía en poder «motivar» a estos ‘sin techo’, entre los que se encuentra el conflictivo grupo de indigentes de la plaza de Abastos, hacia un «cambio de su situación vital».