Marruecos es uno de los países con una tasa más elevada de inmigrantes. Tiene 30 millones de habitantes y hay 3,3 desplazados a Europa, 300.000 en África(Argelia y Libia, sobre todo), 200.000 en Estados Unidos y Canadá y 10.000 en Asia, 2.500 en Oceanía y 2.000 en América Latina. La continuidad en el fenómeno migratorio y la dispersión por el mundo permiten al profesor Bernabé López hablar de diáspora, tal como señaló esta semana en una conferencia en el Institut Europeu de la Mediterrània de Barcelona. En Europa, hay 1,2 millones de marroquíes en Francia (sin contar nacionalizados ni segunda generación), 750.000 en España, 300.000 en Italia, Bélgica y Holanda, 100.000 en Alemania y 35.000 en Gran Bretaña. Esa dispersión no se da en otros países. Argelinos y tunecinos se concentran sólo en Francia.

Para Bernabé López, el efecto llamada en España es que en pocos años la diferencia entre el PIB español y el marroquí ha pasado de ser de 1 a 4 a 1 a 13. Finalmente apuntó dos datos: pese a la crisis, quien tiene papeles no quiere regresar, y la visión del musulmán se ha islamizado; hace 20 años, de esos inmigrantes se destacaba más el componente nacional y laboral.