Un discapacitado intelectual de 27 años de edad apareció muerto en un río de Orduña en la mañana de ayer. Huérfano y sin ningún familiar dispuesto a hacerse cargo de él, David – de etnia gitana – se escapó el pasado martes del centro Gabriel María de Ibarra, donde permanecía ingresado bajo la tutela de la Diputación. Aprovechó un momento de «confusión» entre los trabajadores, saltó la valla del recinto y huyó a la carrera de allí. Los responsables de la residencia avisaron a la Ertzaintza y comenzaron su búsqueda. Ayer, cinco días después de su huida, un vecino de la localidad encontró su cuerpo en el río Nervión, en una zona que no supera el metro y medio de profundidad. Se hallaba a escasos dos kilómetros de distancia del centro foral.

La razón exacta del fallecimiento se conocerá con la autopsia que le practicarán los forenses. Hasta entonces, lo demás son «conjeturas», explicaron portavoces del Departamento de Acción Social, que tampoco quisieron desvelar la identidad de la víctima «para respetar su privacidad». Las mismas fuentes consultadas por este periódico sí aportaron, en cambio, una serie de datos sobre lo ocurrido. Según dijeron, David padecía una «grave» deficiencia psíquica y llevaba tiempo insertado en el sistema foral de atención a disminuidos. Antes de llegar al centro de Orduña, que abrió sus puertas el pasado febrero después de una larga etapa dedicada a la atención de menores inmigrantes, había estado ingresado en otro equipamiento dependiente de Acción Social para personas con discapacidad. Su tutela correspondía a la Diputación porque no se encontraron familiares que quisiesen cuidarle.

David se fugó el pasado martes. Ese día, según portavoces forales, un grupo de monitores salió de paseo con unos diez internos por la zona recreativa de La Muera. En un momento dado, uno de los pacientes sufrió una especie de «ataque de histeria» y los monitores tuvieron que llamar al centro pidiendo ayuda. Necesitaban que alguien les ayudase a calmar al enfermo y a controlar al resto del grupo. Se vivieron momentos de «gran confusión» en la residencia – que acoge a 30 pacientes – y David lo aprovechó para «saltar la valla» y marcharse. Un hombre que se encontraba en las inmediaciones fue testigo de su huida y avisó a la Ertzaintza, apuntan los mismos medios.

«Muy cariñoso»

A partir de ahí se puso en marcha un operativo de búsqueda con batidas por los alrededores, en los montes y en las pistas forestales de la zona. El resultado de este dispositivo resultó infructuoso hasta ayer. Un hombre que paseaba por la zona encontró su cuerpo en el río Nervión pasadas las diez de la mañana, en un punto enclavado en el barrio Ibazurra de Orduña. Hasta el lugar acudieron dotaciones de los Bomberos, que se encargaron de recuperar el cadáver, según informan portavoces del Departamento de Interior. También se personó el titular de Acción Social, Juan María Aburto.

Fuentes de la residencia explicaron a este periódico que no era la primera vez que David se fugaba del centro, gestionado por el Instituto foral de Asistencia Social (IFAS). Hace dos meses también se escapó de la residencia, aunque fue localizado «poco después». Los mismos medios consideran perfectamente posible que el joven – que estaba considerado como una persona «muy cariñosa» – habría podido estar los cinco días escondido en esa misma zona. Un periodo de tiempo en el que – advierten – «no ha tomado la medicación» que precisa su enfermedad. «Y eso es mucho tiempo», recalcan trabajadores del equipamiento social, antes de explicar que los internos suelen estar acompañados por «dos o tres» monitores durante los paseos que dan por las inmediaciones de La Muera. El centro de discapacitados se encuentra atendido por casi 40 profesionales, entre ellos sanitarios y terapeutas.



d.s.olabarri@diario – elcorreo.com