Segundo tabú que cae en este viaje. José Antonio Griñán no tenía previsto pronunciarse sobre el Sáhara, y lo hizo el martes. Tampoco iba a tratar asuntos relacionados con la inmigración, pero los abordó ayer en su reunión con el ministro del Interior, Chakib Benmousa.

Las principales competencias en inmigración pertenecen al Estado. La Comunidad andaluza sólo atiende a los menores que llegan de forma ilegal a sus costas. Un tema espinoso, sobre todo en lo que a la repatriación se refiere. El presidente andaluz explicó que la Junta no puede hacer nada hasta que no lo solicite un fiscal o lo ordene un juez o hasta que el menor exprese que quiera volver, porque hay muchos que no quieran volver.

José Antonio Griñán se muestra partidario de actuar en origen. Por ello, ayer anunció que dará un nuevo impulso al plan de creación o rehabilitación de doce centros para la formación y cuidado de menores en el norte de Marruecos. Seis de estas instalaciones se encuentran en la zona de Tánger – Tetuán y otras seis en la zona de Nador.

Cien niños por centro

Se trata de un proyecto que puso en marcha la anterior Administración andaluza y para el que hay presupuestado 2,5 millones de euros. Joaquín Rivas, director de la Agencia Andaluza para la Cooperación, explicó que se prevé atender a cien niños por centro.

Rivas especificó: «No se trata de centros de internamiento, sino de formación y ayuda para menores cuyas familias tienen escasos recursos económicos». La iniciativa andaluza cuenta con el apoyo del Gobierno marroquí y se inscribe dentro del Plan de Desarrollo Transfronterizo 2009 – 2012, que aún está pendiente de aprobación por parte de las autoridades andaluzas.

José Antonio Griñán, en su penúltimo día de estancia oficial en Marruecos, aseguró que se está cumpliendo los objetivos mercados en el viaje. En lo que no se ponen de acuerdo la delegación andaluza es en si estaba previsto o no una recepción con el rey Mohamed VI. Fuentes diplomáticas españolas zanjaron ayer esta cuestión al aseverar que en la agenda de este viaje nunca contempló un encuentro entre Griñán y el rey marroquí.