DV. La herida en el barrio de Iztieta de Errenteria sigue abierta. Todavía se guardan en la retina de muchos las concentraciones ante comercios regentados por inmigrantes de origen magrebí que tuvieron lugar a comienzos del verano. Y muchos vecinos aún tienen interiorizada una «sensación de inseguridad» que no se corresponde con los datos sobre delitos que maneja la Policía Local y de la Ertzaintza. «La delincuencia en Iztieta no es mayor que la de otros barrios de Errenteria», afirma el alcalde Juan Carlos Merino.

El primer edil se reunió el lunes con los vecinos en la iglesia de San José Obrero para informarles de primera mano de las medidas que el Ayuntamiento ha puesto en marcha. Con ello, Merino confía en que, por un lado, desaparezcan los actos de delincuencia y la «percepción de inseguridad» de los vecinos y, por otro, mejore «la convivencia en el barrio».

Entre esas medidas, Merino recordó que se ha reforzado la presencia policial en determinadas calles, se derribó un poblado de chabolas y se eliminó la maleza de una zona apartada. Además, recuerda que está en marcha el trabajo de dos mediadores de conflictos del Gobierno Vasco que se están reuniendo con vecinos, autóctonos e inmigrantes , y con la asociación de vecinos de Iztieta.

Merino se mostró «sorprendido» por la valoración que Gurekin, la asociación de vecinos del barrio, hizo del encuentro del lunes, donde el alcalde anunció la habilitación de una nueva zona deportiva y el estudio de mejoras urbanísticas y donde informó de la apertura de expedientes por infracciones a locutorios. «Queremos que el problema se solucione», dijo.

En una nota, la asociación vecinal mostró su «decepción y preocupación» porque «salvo el trabajo policial» no se ha llevado a cabo «ninguna media para solucionar el problema de raíz». Asimismo, quisieron dejar claro que «el deterioro del clima social» no está provocado pro los magrebíes que «viven y trabajan entre nosotros» sino por un grupo «que utiliza las calles como punto de encuentro y crea problemas».