No pudo gritar ni defenderse de su presunto agresor. Así parece que fue la angustiosa situación que le tocó vivir a una mujer la madrugada del pasado miércoles cuando, sobre las tres y cuarto de la mañana, se encontraba en las inmediaciones del cementerio vitoriano de Santa Isabel a la espera de un taxi. Esos escasos minutos fueron suficientes para que un joven de 24 años, que fue detenido poco después, se le acercara por sorpresa, le tapara la boca y, bajo amenazas, le llevara hasta un portal cercano. Allí podía valerse de la oscuridad y del escaso tránsito de viandantes a esas horas para cumplir su objetivo: «Agredirla sexualmente», recoge un comunicado del Departamento de Interior del Gobierno vasco.
La mujer mostró «resistencia» a su supuesto asaltante, que «la tiró al suelo y la propinó varias patadas y puñetazos» hasta que logró hacerse con su bolso. Una vez obtuvo el botín, escapó del lugar. La presunta víctima llamó entonces a la Ertzaintza para pedir «ayuda» y tuvo que ser trasladada hasta un centro hospitalario para ser atendida de las diversas heridas que presentaba en el rostro y de una brecha en la cabeza, causada por el joven.
Evacuado en ambulancia
Pero en su precipitada huida por la zona parece que cometió una agresión más. Los agentes desplazados hasta la zona, ubicada entre los barrios de El Pilar y Zaramaga, recibieron un aviso de que un hombre de 52 años «se encontraba tendido en la acera de una calle próxima» al lugar donde habían hallado a la mujer. Esta vez, el joven había llegado más allá y su presunta segunda víctima presentaba dos heridas punzantes: «una de arma blanca en el costado izquierdo y otra en el cuello», recoge el departamento de Interior en el mismo documento. Este ciudadano, al que supuestamente se había acercado el detenido para intentar robarle, tuvo también que ser evacuado en ambulancia a un hospital de la capital alavesa.
Para entonces, la Policía vasca y la Guardia Urbana habían establecido ya un dispositivo conjunto, formado por varias patrullas, para dar con el supuesto autor de estas «dos agresiones graves». El joven, sin embargo, había buscado un escondite durante ese corto espacio de tiempo. Los agentes consiguieron localizarle dentro de un contenedor de basuras y junto a él encontraron también varias armas y herramientas que podría haber utilizado en los diferentes asaltos. El chico, que al parecer reside en el país en situación irregular, llevaba una navaja «con restos de sangre», un cuchillo y un destornillador entre sus pertenencias.
Los agentes comprobaron, además, cómo no era la primera vez que el arrestado pasaba por comisaría por haber cometido un delito de similares características. El presunto asaltante, que pasará a disposición judicial en breve, cuenta con antecedentes por robo con fuerza.