SUCESOS
Piden seis años para un hombre denunciado por abusos sexuales a una joven en Oñati
La Fiscalía de Gipuzkoa considera que los hechos no están «claros del todo»
Diario Vasco, , 23-09-2009DV. Un joven natural de Ecuador residente en Gipuzkoa se enfrentó ayer a una petición de condena de seis años de prisión por un presunto delito de abuso sexual. La letrada de la víctima, que además de la pena de cárcel demanda una medida de alejamiento y 30.000 euros de indemnización, es la única parte acusadora en el proceso. La Fiscalía pidió la absolución, al estimar que la «ausencia de consentimiento de la mujer» no había quedado acreditada de manera plena. La defensa del imputado se sumó a la solicitud del ministerio público.
Los hechos, que fueron juzgados en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, ocurrieron la madrugada del 17 de febrero de 2007, en Oñati. Según la acusación particular que ejerce la joven, el inculpado, A.G.Z.G., invitó a la chica a su domicilio y una vez allí aprovechó que se quedó dormida para abusar sexualmente de ella.
Durante la vista, el inculpado reconoció que se acostó con la joven, si bien dijo que fue un acto consentido por ella. Explicó que cuando llegaron a la casa ambos se desnudaron y mantuvieron la relación, aunque no llegaron a culminarla, ya que se quedaron dormidos.
La mujer, sin embargo, ofreció una versión diferente. Explicó que el día de autos, tras concluir su trabajo como camarera en un bar, estuvo en varios establecimientos hosteleros y que llegada la noche perdió el último autobús que debía llevarle a una localidad vecina en la que reside.
La joven, que según relató al tribunal padece periódicos brotes psicóticos, indicó que aquella noche sintió que «le venían a la cabeza ideas raras», y que temía que fuera a padecer una nueva manifestación de su patología. «No había dormido mucho, estaba agotada», dijo.
La mujer añadió que en aquellas circunstancias vio al acusado, a quien conocía por ser cliente del bar en el que trabajaba. «Recuerdo que estaba en la calle y me invitó a ir a su casa. Al principio, me negué, me dio miedo de que pudiera hacerme algo. Él, sin embargo, insistió y yo estaba tan cansada que al final accedí. Recuerdo que le dije que iba, pero que no quería sexo», manifestó la mujer ante el tribunal.
«Le dije que lo dejara»
La testigo explicó asimismo que una vez en la vivienda se dirigieron a una habitación. «Me metí a la cama vestida y me quedé dormida enseguida. El siguiente momento que recuerdo es cuando él estaba encima de mí. Me estaba forzando sexualmente. Le dije que lo dejara. No me hizo caso. Al final, le empujé y me lo quité. Luego, me levanté, cogí mi cosas y me fui llorando. No comenté nada a nadie y me metí en un bar, intentaba colocarme», relató la testigo.
En la vista declararon también dos psicólogas que, según precisaron, la versión que la mujer les ofreció «era creíble».
En el tramo final del juicio, la abogada de la acusación particular fundamentó su petición de condena en que la víctima había mantenido siempre la misma versión sobre lo sucedido, al tiempo que recordó que el acusado mintió a los ertzainas al afirmar primero que el día de los hechos se acostó temprano porque a la mañana siguiente tenía que ir a trabajar y posteriormente admitir que había mantenido una relación con la mujer.
La Fiscalía, por su parte, señaló que las circunstancias en las que se habían producido los hechos «no estaban claras» y concluyó que la «ausencia de consentimiento de la mujer» no había quedado plenamente acreditada.
La defensa hizo suyos los argumentos esgrimidos por el ministerio público y destacó, además, las contradicciones en las que presuntamente había incurrido la denunciante. Fiscal y defensa apelaron al principio de presunción de inocencia para solicitar un fallo absolutorio.
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