La jungla urbana de Calais

Todo se desarrolló "como estaba previsto" y con "delicadeza", según el ministro de Inmigración. Para la oposición, el desmantelamiento de la 'jungla de Calais' fue un espectáculo "cruel y obsceno".

Deia, 23-09-2009

LaS excavadoras de la policía francesa cumplieron ayer con una decisión polémica. La jungla urbana de Calais, formada por viviendas precarias de plástico y madera, fue destruida dejando sin hogar a cientos de inmigrantes. Sólo algunos de ellos permanecían en el campamento y fueron avisados con megáfonos del comienzo de la operación.

La mayoría había abandonado el lugar a lo largo de la última semana, después de que el ministro francés de Inmigración, Eric Bresson, informara de la orden de desmantelamiento. Con el anuncio, Bresson logró además concentrar la atención mediática y pública en las exigencias francesas de un sistema común europeo de asilo.

“Queremos que nos den refugio en Francia, donde tenemos nuestros derechos humanos, no queremos volver a casa aunque eso suponga morir aquí”, se podía leer en una de las pancartas escritas a mano durante el operativo. Los inmigrantes no prestaron resistencia, pero sí se registraron enfrentamientos entre los agentes de policía y activistas de los derechos humanos que intentaban frenar las demoliciones. La llegada de las excavadoras hizo a muchos recordar un operativo parecido en el año 2002. El entonces ministro de Interior Nicolas Sarkozy ordenó el cierre de un campamento de la Cruz Roja en Sangatte, cerca de Calais. Las instalaciones estaban proyectadas para 200 personas, pero albergaban hasta 1.600 en los momentos más críticos. Sarkozy argumentaba que la atención que se proporcionaba a los inmigrantes provocaría un efecto llamada. Pero lo cierto es que sus medidas no sirvieron para frenar la llegada de inmigrantes a Francia. Las organizaciones de ayuda proporcionan comida y duchas para los recién llegados, pero no pueden darles lugares para dormir, puesto que eso sería un delito. Los inmigrantes acabaron concentrándose en campamentos como el de Calais, a la espera de asilo en Francia o el Reino Unido. No faltaron las tensiones con la población local, según lamentó la alcaldesa de la localidad francesa. A lo largo de 2008 la policía detuvo en las inmediaciones a más de 35.000 inmigrantes, a muchos de ellos más de una vez.

Francia se enfrentaba además a la creciente presión de Reino Unido para sellar sus fronteras. En los últimos meses las autoridades de ambos países habían reforzado los controles conjuntos y se habían desplegado agentes británicos en Calais, dedicados a interceptar a inmigrantes escondidos en camiones con el fin de cruzar el túnel submarino hacia las islas británicas.

La operación del martes se saldó con cientos de chabolas destruidas y con el arresto de 280 inmigrantes. Para ellos se presentan tres opciones, según destacó Bresson: el regreso voluntario a sus países de origen, la petición de asilo o la expulsión.

Muy pocos querrán volver a casa. Unos dejaron Afganistán, Irak o países africanos en guerra para iniciar una nueva vida. Otros fueron enviados por sus familias para trabajar y enviar dinero. Puede que algunos de ellos decidan acogerse a la repatriación voluntaria y el dinero de compensación prometido para volver a intentar la entrada en Europa.

Los derechos de los niños inmigrantes

El Estado debe considerar a los inmigrantes menores de edad como niños y no como extranjeros y debe acabar con la descoordinación entre las Comunidades Autónomas y las instituciones de asistencia para garantizar que se respetan sus derechos y están bien atendidos. Estas son algunas de las principales recomendaciones del informe ‘Ni ilegales ni invisibles’ elaborado por Unicef y el Consejo General de la Abogacía Española en el que analizan la situación de los más de 6.500 inmigrantes menores no acompañados. El informe denuncia que no existen cifras globales y actualizadas de este fenómeno por lo que es “urgente” la puesta en marcha del Registro de Menores extranjeros no acompañados previsto legalmente. Además subraya la importancia de garantizar la tutela efectiva de los menores, la “concesión inmediata” de permiso de residencia y un mejor control de los recursos disponibles para su educación e integración. Los autores del informe dijeron que la nueva ley de Extranjería “recoge buena parte de las propuestas”, pero advirtieron de que “si se sigue primando la repatriación de estos niños, el artículo 35 de la Ley quedará en papel mojado”. >efe

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