Roma. El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, ve signos “peligrosos y preocupantes” en Italia de una inmigración a la que le cuesta reconocer los derechos humanos y la igualdad entre el hombre y la mujer.

En un comunicado de prensa divulgado ayer en Roma, el político habla de la supuesta agresión sufrida ayer por la líder del partido Movimento por Italia, Daniela Santanchè, y el asesinato de la joven marroquí Sanaa el pasado martes a manos de su padre, como muestras de esos signos de falta de respeto de los derechos humanos.

Santanchè fue, según su propio testimonio, agredida ayer en Milán al manifestarse ante el Teatro Ciak contra el burka cuando se celebraba una fiesta musulmana por el fin del Ramadán, algo que la comunidad islámica milanesa niega que se haya producido.

El otro caso hace referencia a Sanaa, la joven de 18 años que exigía ser tratada como cualquier muchacha italiana y que fue acuchillada por su padre por tener un novio italiano de religión católica, un caso que ha conmocionado a Italia. “El homicidio de Sanaa hace pocos días y la agresión a Daniela Santanchè, a la que transmito mi solidaridad, son signos peligrosos y preocupantes de una inmigración a la que le cuesta reconocer los derechos humanos y la igualdad de género”, dijo Frattini.

“Aquí no está en discusión el principio sacrosanto de la libertad religiosa, sino la perspectiva de la integración cuyo camino parece lejano y largo”, añadió.

El ministro italiano afirmó que hace falta diálogo y respeto hacia la diversidad religiosa y cultural, pero puntualizó que esto debe ser recíproco y que debe haber de la otra parte un deseo de “inclusión en el lado de los derechos”.

“Nuestra diversidad está representada por la universalidad de los derechos, por la igualdad que representa el trato que caracteriza tanto a Europa como a Italia. Sobre este terreno, nosotros no debemos seguir estando mano sobre mano en el colegio ni en la sociedad”, concluyó Frattini. >efe