COMITÁN, Chis.— Presuntos policías estatales atacaron a tiros a un grupo de inmigrantes de El Salvador y Ecuador durante una persecución que se realizó por varios kilómetros, con un saldo de un extranjero muerto y cuatro heridos, entre ellos, un traficante de personas de origen mexicano.

Según el ecuatoriano Miguel Mallén, del departamento de Cañar, seis centroamericanos viajaban en una camioneta Dodge, tipo Ram, de color blanco, con placas DB 422711, del estado de Chiapas, que era conducida por un pollero.

En una carretera que el indocumentado dijo no conocer, un grupo de uniformados ordenó al traficante: “¡Alto!”, “¡Deténgase!”, pero éste no obedeció y aumentó la velocidad.

Así inició la persecución y durante un trayecto de varios kilómetros, los uniformados dispararon contra la camioneta en varias ocasiones.

Como resultado, un extranjero del que se desconoce su nacionalidad perdió la vida y el traficante de personas resultó gravemente herido tras recibir un disparo de fusil en el lado derecho de la espalda.

El pollero, al parecer de la región, fue encontrado a unos 300 metros de donde quedó abandonada la camioneta que transportaba a los indocumentados, y presentaba las llantas averiadas por los balazos.

Cuando socorristas de Protección Civil llegaron al lugar, el pollero ya no podía hablar. El hombre, de unos 40 años, se encontraba sentado y con la ropa teñida en sangre.

Un extranjero de unos 32 años de edad perdió la vida al recibir un disparo en la sien izquierda, y los inmigrantes sobrevivientes tenían disparos en la boca, piernas, manos, cabeza y espalda, señalaron.

Los indocumentados dijeron que cuando se realizó la persecución y el ataque a balazos se tiraron a la plataforma de la camioneta, por lo que no pudieron distinguir los vehículos que los perseguían, mucho menos las matrículas y los uniformes de los agentes.

Gustavo Mallén Cela, de 25 años de edad, de Ecuador, tenía heridas de bala en el brazo y en la espalda a la altura del pulmón izquierdo.

Fredy Enrique Mancilla, de 33 años, de El Salvador, aseguró que por el miedo no pudo distinguir el color de los uniformes de los agentes. “No sé, no me di cuenta”, dijo.

Édgar Cancea, de 33 años, de Ecuador, recibió un disparo en la espinilla, que le provocó una fractura expuesta.

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