Claqueta entre las vides
Diario de noticias de Alava, 20-09-2009lA Rioja Alavesa naufraga. Y no es que el prestigio de sus caldos caiga en barrena. La cámara de cine ha sustituido a la frigorífica por diversos rincones de su geografía, que ha viajado en centenares de paquetes turísticos, y ahora toma la senda del celuloide con un objetivo: Cannes.
La culpa es de Pedro Aguilera, que vuelve a colocar su mirada tras los 35 milímetros para medir emociones. Naufragio es el título del nuevo largo del director guipuzcoano, que retratará una Rioja Alavesa de estética personal. Para ello utilizará formato Scope y lentes anamórficas, que aportan a la imagen plásticas y texturas únicas. La poca profundidad de campo y la deformación de la perspectiva apoyan la visión subjetiva del protagonista.
Pero, más allá de la espectacular presencia que los escenarios aportarán a la cinta, la historia manda. La historia, simbólica y surrealista, de un inmigrante subsahariano. “Robinsón no es un inmigrante más, no es un número en las listas de atención social, un extraño con el que nos cruzamos cada día vendiendo en puestos callejeros… Es una fuerza poderosa hacia la imaginación, un contacto con la magia y el misterio primigenios”.
Desde el pasado día 7, Aguilera y su equipo registran en el entorno de Laguardia esta alegoría, protagonizada por Kandido Uranga, Iñake Irastorza, Julio Perillán, Ruth Armas, Ramón Barea y Carlos Bravo. Y, sobre todo, por Solo Turé, un trabajador de la construcción procedente de Guinea Bissau. Aguilera vuelve a poner el peso de su relato en manos – y mirada – de un intérprete no profesional, para tratar de aportarle autenticidad.
Este toque de realidad estará tratado con tono documental, alejado de la ficción cinematográfica pero, a la par, marcado por referencias de la escuela simbolista francesa del XIX – Odilon Redon – , entre la oscuridad y la luz intensa, con pocos pero muy vivos colores. El realismo social será engullido por la magia y el vudú. “No quiero hacer un retrato social de los inmigrantes , sería parcial y limitado. Me he dejado llevar por la imaginación y he trabajado desde la individualidad psicológica de uno de ellos. Creemos conocer cómo viven y sienten estas personas, pero casi nadie convive ni habla con ellos. ¿Por qué creemos entonces que son todos iguales?”.
Pedro Aguilera, discípulo confeso del director Carlos Reygadas – que coprodujo su primera cinta, La influencia , junto a Alokatu – , redundará en su estilo intimista, de pocos diálogos, en una propuesta arriesgada que se arraiga en un sustrato de misticismo. “Muchos inmigrantes proceden de países con culturas animistas y basadas en la magia, donde el vudú y los rituales mágicos tienen fuerte presencia y transforman la realidad de las personas. La energía del más allá influye en la vida y la transforma. La magia es real, palpable y afecta a su mundo. Me gusta pensar que esa energía arcaica y ancestral pueda viajar a Europa por vía de esos inmigrantes y que gracias a ellos entremos en contacto con una fuerza perdida hace miles de años”. Rioja Alavesa pone escenario a esa fuerza.
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