EL PERIÓDICO
SANÁ

Un ataque aéreo del Ejército de Yemen en un campamento de refugiados en el noroeste del país causó la muerte a 87 personas, muchas de ellas mujeres , niños y ancianos, y heridas a otras 40, según aseguraron ayer algunos testigos. La acción militar, que se produjo sin previo aviso, fue calificada de «baño de sangre» por esos mismos testigos.
El bombardeo se produjo el miércoles en la provincia de Omrán, en la región de Saada, fronteriza con Arabia Saudí, donde las fuerzas gubernamentales combaten contra la insurgencia creciente de un grupo de rebeldes chiís, conocidos como los hutis porque son seguidores del clérigo Abdel Malek al Huti.
El conflicto se inició en el 2004 cuando los hutis comenzaron a acusar al Gobierno de Saná de ignorar las demandas de la población local. Pero los enfrentamientos se han intensificado desde el pasado 11 de agosto, cuando el Ejército lanzó una ofensiva contra la rebelión.

INVESTIGACIÓN / El ataque se produjo en el campo de refugiados de Adi. en la zona de Harf Sufyan, a unos 240 kilómetros de la capital, Saná. Una fuente militar anunció la creación de una comisión de investigación «para comprobar la veracidad de las informaciones sobre un bombardeo de civiles en Adi». Los medios de comunicación tienen prohibida la entrada en la zona de los combates.
Otra fuente oficial yemení indicó que «un avión atacó el miércoles a rebeldes que abrían fuego mientras se encontraban mezclados con los civiles» y acusó a los insurgentes de utilizar a civiles como escudos humanos.
El campo de refugiados, que se halla en condiciones muy precarias, está erigido con plásticos y materiales desechables, por lo que es posible que la aviación yemení pensara que se trataba de un campamento de los rebeldes y no de refugiados. Según las Naciones Unidas, en las últimas semanas se han añadido unos 50.000 desplazados a las 100.000 personas que ya se habían quedado anteriormente sin hogar a causa del conflicto. Los desplazados se encuentran atrapados entre los bandos enfrentados.
El alto comisariado de la ONU para los refugiados (Acnur) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) denunciaron ayer en Ginebra el ataque, instaron a las partes a garantizar la seguridad de la población civil en concordancia con el derecho internacional y exigieron la apertura de corredores humanitarios que permitan el acceso a los habitantes de la región.

ASISTENCIA / «Es cada vez más urgente poder llevar asistencia sanitaria a los desplazados, que carecen de los elementos más básicos para vivir», afirmó Andrew Cameron, un responsable del CIRC en Yemen.
«Los desplazados viven en condiciones terribles y haciendo frente a dificultades extremas, ya que no hay ni agua ni electricidad en Saada desde el pasado 12 de agosto», señaló por su parte el Acnur. La agencia para los refugiados de la ONU pidió también a las autoridades saudís que presten abrigo y asistencia a los refugiados de Yemen que consiguen atravesar la frontera.