Italia se indigna con un crimen familiar marroquí
Un inmigrante mata a cuchilladas a su hija de 18 años
La Vanguardia, , 17-09-2009EUSEBIO VAL – Roma. Corresponsal
El asesino, inmigrante musulmán y devoto, no aceptaba que su hija saliera con un italiano y católico
La mató con extrema brutalidad, clavándole un cuchillo en la garganta y dejándola desangrar. No le importó que fuera su propia hija, de sólo 18 años. Al contrario, para el inmigrante marroquí Katawi Dafani, musulmán devoto, su deber como padre era segarle la vida a Sanaa por atreverse a tener un novio italiano y católico.
El salvaje suceso, que conmocionó a una Italia en pleno debate sobre las duras medidas contra la inmigración clandestina, se produjo en la noche del martes en Montereale Valcellina, en el nordeste del país. Dafani, ayudante de cocinero, tendió una emboscada a su hija y el novio, Massimo De Biasio, de 31 años. La pareja iba en coche. Él la llevaba a trabajar al restaurante donde ella era camarera. Se habían conocido en ese local, del que Biasio es uno de los propietarios.
El vehículo de Dafani cerró el paso al de sus víctimas. Sanaa intentó huir a un bosque, pero su padre le dio alcance y la acuchilló mortalmente. Massimo trató de defenderla. En el forcejeo resultó herido en varias zonas del cuerpo y hubo de ser hospitalizado, pero su vida no corre peligro.
Según personas cercanas a la familia, se presagiaba la tragedia debido a la oposición tajante del padre al noviazgo de la chica. Le daba la excusa de la diferencia de edad y, sobre todo, de la religión. La tensión se desbocó cuando, hace pocos días, la hija decidió irse a vivir con Massimo.
Un alcalde de la zona, Enzo Bortolotti, de la derechista Liga Norte, se apresuró a una lectura política de regusto xenófobo. Según él, lo ocurrido “demuestra la imposibilidad de una integración con la cultura musulmana”.
El caso de Montereale Valcellina ha traído a la memoria el drama de Hina Saleem, la inmigrante pakistaní que en agosto del 2006 fue asesinada por su padre y otros familiares, que luego sepultaron el cuerpo en el jardín. La familia no aceptaba su estilo de vida occidental y su relación con un italiano.
La ministra de Igualdad de Oportunidades, Mara Carfagna, ex modelo, emitió un duro comunicado en el que condenó el “delito horrible, inhumano e inconcebible, fruto de una absurda guerra de religiones que ha llegado hasta el interior de nuestras casas”. Carfagna anunció que su ministerio se personará como acusación particular cuando tenga lugar el juicio.
“Casos terribles como estos inducen a continuar el camino del modelo italiano de integración de los inmigrantes”, prosiguió Carfagna, que precisamente fue anfitriona en Roma, la semana pasada, de una conferencia internacional sobre la violencia contra las mujeres. La ministra concluyó: “Cada cual, en Italia, debe tener el derecho a profesar su propia fe como crea, pero el país puede aceptarlo sólo si esta es respetuosa con los derechos humanos, incluidos los de las mujeres y las leyes del Estado”.
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