Con trece años cambian la familia por la banda. Esa es la edad en la que la mayor parte de los integrantes de las pandillas juveniles violentas se inician en España, según fuentes del Ministerio de Interior. Las comunidades de Navarra, Madrid, Cataluña, Valencia y Murcia, que, por sus circunstancias sociales, laborales y económicas, han posibilitado un asentamiento migratorio importante, están en el punto de mira ante un posible repunte de la violencia callejera de mano de estos grupos. Como medida preventiva, Interior ha ordenado la elaboración de un censo de estas bandas y el dibujo de un mapa de riesgo que delimite las calles y barrios donde se han detectado más agresiones o altercados por parte de estas.

Un portavoz de Interior explicó a La Voz que ambas medidas son parte de un «plan de prevención y represión» puesto en marcha a finales del 2005 por la Secretaría de Seguridad del Estado, cuyo objetivo es vigilar y controlar a los pandilleros.

Inmigración y bandas

En los próximos meses, las unidades de Información de la Policía y la Guardia Civil trabajarán sobre el censo unificado de las bandas que operan en su demarcación, detallando además su grado de actividad. Trazarán también una radiografía sobre ellas con el fin de determinar el perfil de los jóvenes que las integran, así como de los más susceptibles de ser captados. El mapa geográfico será una pieza clave para llevar a cabo una radiografía completa y será similar al que tienen otras ciudades europeas, como Londres, que determina las zonas con más riesgo de altercados.

Las fuerzas de seguridad clasifican a estos grupos de delincuentes juveniles en tres categorías principales: las bandas latinas, las de extrema derecha y las de extrema izquierda. Todas tienen un modus operandi similar, aunque Interior da especial importancia a las latinas, ya que fuentes policiales consideran necesario prepararse para su posible auge, fruto de algunos de los problemas que sufren los inmigrantes, como la pobreza o la falta de integración.

Aunque las autoridades reconocen que su mayor presencia en las calles no ha significado un aumento de la violencia, la instrucción pone en alerta a los cuerpos de seguridad. Además, recuerda la posibilidad de expulsar del país a los delincuentes que estén en situación ilegal en España.