El Gobierno ata el apoyo de Berlusconi para la presidencia española de la UE

El Correo, ÍÑIGO DOMÍNGUEZ, 11-09-2009

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, empezó ayer en Italia una larga e intensa agenda de citas destinadas a preparar el camino para la presidencia de turno de la UE que asume en el primer semestre de 2010. La cumbre entre los dos países celebrada en la isla de la Maddalena, en Cerdeña, sirvió fundamentalmente para esto, para recabar el apoyo del Gobierno de Silvio Berlusconi en las prioridades españolas.

El consenso fue total, según ambos ejecutivos, sobre todo en algo que también interesa mucho a Italia, lograr establecer una auténtica política de inmigración común, donde toda la UE, y no sólo los países que afrontan el problema en sus fronteras, se haga responsable de la compleja gestión de las oleadas de inmigrantes ilegales. Por ejemplo, como precisó el primer ministro italiano, con una agencia europea de asilo y el reparto del alojamiento entre todos los países de los emigrantes retenidos.

Los otros temas en los que ambos mandatarios mostraron su acuerdo son una política de defensa común, hacia un Ejército europeo, y las opiniones sobre la crisis económica, que se deben traducir en una posición conjunta de la UE ante la próxima cumbre del G – 20 en Pittsburgh (EE UU) a final de mes. La cumbre llevó a Cerdeña a siete ministros, que firmaron acuerdos en diferentes campos y, por primera vez en 16 cumbres bilaterales, a las patronales de ambos países, que en un documento conjunto pidieron reformas para restablecer el acceso de las empresas al crédito.

Otro de los puntos de interés de estos aburridos actos, en los que el papel de los periodistas ya sólo se limita a dos preguntas por país en la rueda de prensa, es observar cómo a todos los líderes les toca dejarse enredar en el estilo jocoso de Berlusconi y reírle las gracias. Zapatero no fue menos. El magnate hasta le comentó que se ajustara el nudo de la corbata y en la rueda de prensa acaparó el tiempo con su habitual show.

También es útil contemplar la inconmensurable anomalía del conflicto de intereses de Berlusconi, que también asomaba ayer: tiene la mayoría en Telecinco y sigue con interés las posibles fusiones en el mercado televisivo español. Y hasta se permitió atacar a la prensa española insinuando que ser «faccioso» lleva a perder tirada, publicidad y lectores, «y se arriesgan a la quiebra».

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