Abismo en el Raval
Un encuentro de Xavier Trias con los vecinos del barrio hace visible el enfrentamiento entre los residentes y las prostitutas
La Vanguardia, , 09-09-2009En el Raval los vecinos dicen que ya no aguantan más. Explican que se ha vuelto a los años oscuros década de los 80,cuando la droga y la prostitución campaban a sus anchas por las estrechas calles del barrio. Por eso, a principios de verano crearon una plataforma y empapelaron de pancartas los balcones para denunciar el deterioro de la zona. De poco les ha servido su acción, ahora ya no confían ni en los políticos. La situación lejos de solventarse amenaza con aumentar más el abismo entre los vecinos de toda la vida y los recién llegados.
Ayer el presidente del grupo municipal, Xavier Trias, se topó en esas mismas calles con la cruda realidad. Un problema de convivencia y de desencuentro con la clase política. La rueda de prensa – convocada en la calle Robador-se celebró entre los gritos de indignación y reproches de vecinos y meretrices y un continuo ir y venir de agentes de la Guardia Urbana y Mossos d´Esquadra nunca visto a esa hora del mediodía.
Los vecinos denuncian el sexo de pago, la venta y el consumo de droga y la inseguridad que hay en sus calles.
Añoran a “las prostitutas como Dios manda”, aquellas que antes ejercían en bares o en la oscuridad de los portales y trabajaban de puertas adentro. “Ahora – dice una vecina que lleva más de 30 años en el Raval-vienen de fuera a ensuciar la ciudad”.
Ante estas acusaciones, una de las meretrices una uruguaya de 41 años lejos de amedrentarse plantó cara a los vecinos y al mismo Trias en el momento que éste se declaró “abolicionista de la prostitución”. María, así se llama esta prostituta, explicó, mientras su hijo jugaba con un paquete de pañuelos desechables, que hace su trabajo “de manera decente” que lleva seis meses aquí y no encuentra empleo porque no tiene papeles. Defiende la legalización y asegura que ejerce para poder alimentar a su hijo.
Estas declaraciones acabaron por indignar y subir la tensión del resto del vecindario que recomendó a la prostituta “volver a su país” o “buscarse un trabajo”. Ginés un joven que se trasladó a vivir a los pisos nuevos de la manzana Robador hace año y medio explicó que a ellos la Guardia Urbana les multa cuando bajan la basura a deshora, pero que hacen la vista gorda con el trapicheo de drogas y la prostitución. “Los propios agentes nos dicen que tienen las manos atadas”, asegura resignado.
En respuesta a la indignación del grupo de vecinos que le rodeaba, Trias volvió a reclamar un incremento de las fuerzas seguridad y aplicar medidas sociales. “No podemos permitir que en nuestro país se practique esta forma de esclavitud en el siglo XXI”, dijo. También calificó de chiste la propuesta de ICV de crear zonas de tolerancia en determinados barrios de la ciudad. El edil convergente instó al alcalde Hereu, a quien acusó “de falta de liderazgo”, a aplicar con firmeza ordenanza.
En estos mismos términos se expresó ayer el presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández, quien recordó que cuando el Ayuntamiento quiso erradicar la presencia de limpiavidrios lo consiguió aplicando y endureciendo la ordenanza. Por eso, recomendó a Hereu que la modifique para que se prohíba taxativamente el sexo de pago en las calles. La propuesta la llevará el lunes el PP a una de las comisiones.
Ante estas declaraciones, la reacción del gobierno municipal no se hizo esperar. El primer teniente de alcalde, Carles Martí, consideró que las declaraciones de los grupos de la oposición están contribuyendo a “destruir el barrio sin aportar soluciones”. El concejal socialista fue más allá y aseguró que es normal que la oposición no tenga ninguna idea propia porque ni el Gobierno del PP, ni Trias en la Generalitat “hicieron nunca nada por el Raval”. Más discreto se mostró el republicano Jordi Portabella quien reiteró la necesidad de un pacto entre instituciones y partidos para preservar el espacio público.
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