Un joven inmigrante magrebí murió ayer en el mismo instante en el que la frágil barca en la que viajaba con otros cuatro sin papeles tocaba la costa de Cueva del Trigo, en el municipio de Granadilla de Abona (Tenerife). Los supervivientes contaron que habían zarpado hace ocho días desde un punto indeterminado de El Aaiún (en el Sáhara) y que después se enfrentaron a un mar encrespado. Según confirmó la Delegación del Gobierno en Canarias, el fallecido “ya había subido a bordo muy debilitado, se mareaba y se puso enfermo enseguida”. La patera, de cinco metros de largo y sólo un motor, tendría que haber alcanzado primero las costas de Canarias más cercanas al continente, es decir, las de Lanzarote o Fuerteventura.

En las primeras horas de la madrugada de este lunes llegó otra patera a la isla de Lanzarote, esta vez con 10 inmigrantes, entre ellos una mujer y cuatro posibles menores. Uno de los pequeños fue hospitalizado, aunque su vida no corría peligro, según confirmó Manuel Sánchez, del equipo de respuesta inmediata en emergencias de la Cruz Roja.