El arraigo en España evoluciona paladares
El Universo, 31-08-2009Ni arroz de cebada. Ni máchica. Ni agüita de toronjil. Los ecuatorianos en España que años atrás, alentados en buena medida por la nostalgia, incluyeron estos productos en su dieta, ahora les dan la espalda.
Los compatriotas ya no ahogan las penas con una botella de aguardiente Cantaclaro. Prefieren licor local. Difícil tarea, eso sí, la de encontrar sucedáneos al mote o los chifles. “Se quedarán para siempre”, vaticina Sergio Hermosa, directivo de la importadora Goya Nativo.
Estos cambios en los patrones de consumo se dan por varios factores: el nivel de arraigo del connacional en el país europeo y lo que manda el bolsillo. También, por impulso de las compañías de distribución de alimentos foráneos interesadas en diversificar su catálogo de productos y el público objetivo.
Goya Nativo, compañía que empezó su andadura a finales de la década de los noventa para atender la añoranza gastronómica de los ecuatorianos, representa ahora a fábricas de Colombia, Paraguay, República Dominicana, Perú y Estados Unidos. Los 350 ítems que comercializa bajarán a 300.
“Hay productos tan tradicionales que el inmigrante deja de consumirlos como la máchica, el pinol o las harinas de haba y arveja. Cambian las costumbres por comodidad o por su poder adquisitivo”, dice Hermosa.
Marta Armendáriz, empleada doméstica en Madrid y madre de tres hijos, sustituyó la colada de harina de plátano por la horchata de chufa (bebida preparada con unos tubérculos propia de la Comunidad Valenciana) porque es “igual de rica y no hay que prepararla, la venden lista para consumir”
La misma tendencia se observa en el comercio solidario. La organización española Codespa y los supermercados Carrefour mantienen un proyecto que permite a grupos campesinos (2.000 familias se benefician) colocar sus productos en el mercado ibérico. Las once referencias de Fundamif, Camari y Maquita Cushunchic que se expendían en 110 establecimientos se redujeron a nueve.
El pinol y el arroz de cebada que elaboraban organizaciones en Pichincha y Chimborazo salieron de los lineales por “falta de rotación”, dicen fuentes de la entidad. Se mantienen los fréjoles rojo y negro, el maíz amarillo y el chulpi, el mote, la avena, quinua, setas secas y panela. Los ítems no se identifican como productos solidarios pero el costo es más elevado. Codespa, en un intento por ampliar el grado de penetración de su oferta, firmará un acuerdo con Marindus, importadora y distribuidora de alimentos con lo que llegará a las tiendas de barrio, “más accesibles para los inmigrantes”, añaden.
Goya Nativo resolvió “internacionalizar” con los cambios sociodemográficos que propicia la inmigración. La España mestiza quiere nuevos sabores. “Fuimos los primeros en ver el potencial del mercado inmigrante (en España residen 5,5 millones de extranjeros, la mitad son latinoamericanos) y nos comimos el pastel, ahora vamos por los españoles con productos menos regionales”, acota Hermosa. El reto: conquistar 41 millones de personas.
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Empresas. Esta cantidad de industrias en España se dedica a importar productos para el mercado inmigrante. Entre ellas se encuentran Dibeal, Goya Nativo, Marindus y Ecuatoriana de Importaciones.
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