El mismo día en que, en Sicilia, una embarcación con inmigrantes era repatriada a Libia, Silvio Berlusconi llegaba a este país africano para celebrar el primer aniversario del Tratado de Amistad con el que se ponía punto y final a las deudas coloniales.

Fruto de ese pacto es precisamente el reciente acuerdo entre los dos países para poner fin a la inmigración ilegal. «Nosotros respetamos todas las leyes», señaló ayer Berlusconi desde Libia. Explicó que «si queremos de verdad proceder con una política de verdadera integración, tenemos que ser rigurosos para no abrir Italia a cualquiera».

Berlusconi, que no estará presente el martes en el 40 aniversario de la toma de poder del Coronel, inauguró ayer un tramo de autopista financiada por Italia – según estaba previsto en el Tratado de Amistad – y que recorrerá toda Libia, desde Túnez hasta Egipto.

«La autopista es una obra histórica necesaria para la paz de todos los países porque conecta a todos los estados con Magreb», comentó el «Cavaliere».