La confusión en una letra al registrar su matrimonio casi le cuesta la residencia Barcelona

Había cumplido con todos los requisitos. En noviembre de 2002 contrajo matrimonio con un catalán, a los tres meses recibió su solicitud de residencia temporal y, tras los cinco años necesarios en España, se dispuso a tramitar la permanente. Tenía los papeles en regla. Todo salvo una pequeña excepción. Un error tipográfico al escribir el nombre de su marido en el Registro Civil que casi le costó los papeles a Marcia Graciela Gasca, que tuvo que acudir a los tribunales para que, definitivamente, no le denegasen la residencia.

El error se produjo hace casi siete años, cuando quien inscribió el nombre del marido de Gasca en el Registro Civil se confundió en una letra del segundo apellido de su compañero. A Josep Lluís Romera Raja le cambiaron la jota de su apellido materno por una efe, un error al que ya estaba acostumbrado. No en vano, en su partida de nacimiento también figura como Rafa.

Y este error, que nunca le ocasionó problemas al catalán para tramitar sus documentos de identidad, casi deja sin papeles a Marcia Graciela, mexicana de nacimiento.

Su solicitud de residencia comunitaria permanente fue denegada en 2008 debido a la errata, y la Oficina de Extranjería otorgó un plazo de diez días a la pareja para subsanar el fallo, pero no consiguieron que se corrigiese a tiempo la inscripción matrimonial y la Subdelegación del Gobierno denegó la residencia a la mexicana y desestimó el recurso que ella interpuso contra su resolución, informa Efe.

La situación, que dejaba a Marcia Gabriela en una kafkiana situación de irregularidad, llevó a la pareja a ir a los tribunales con la asistencia de abogados del Colectivo Ronda, pero el juzgado rechazó el pasado mes conceder a la mexicana un permiso provisional que le permitiera trabajar y residir en España a la espera de que se dictara sentencia sobre el caso.

Definitivamente, el pasado 12 de agosto la Subdelegación del Gobierno en Barcelona accedió a conceder la residencia permanente a la mexicana y, según su resolución, «quedan subsanadas las deficiencias observadas en su momento, cumpliéndose los requisitos legalmente establecidos para la concesión de la autorización». Sin embargo, el Colectivo Ronda atribuye a «la presión mediática» la rectificación de las autoridades.