El burkini, otro choque cultural

Italia y Francia recelan de las bañistas musulmanas que usan en las piscinas el nuevo bañador integral con capucha

La Vanguardia, , 22-08-2009

MARÍA-PAZ LÓPEZ – Roma. Corresponsal
Un nuevo atuendo de baño ha irrumpido este verano en las piscinas y playas europeas, y está causando una mezcla de desconfianza y perplejidad que suena a choque de civilizaciones. El burkini, un traje de baño integral con casaca y capucha, concebido para que las musulmanas puedan bañarse respetando el precepto islámico, levanta suspicacias en Italia y Francia, como ya ocurrió en los Países Bajos el año pasado.

En Italia ha causado controversia el caso de una marroquí que se zambulló en la piscina municipal de Verona ataviada con el burkini, nombre comercial que alude a la burka (la túnica que cubre de pies a cabeza con sólo una rejilla para ver) y al bikini (el bañador de dos piezas inventado en 1946, aunque consta que en la antigüedad había trajes similares).

El burkini es obra de una australiana de origen libanés, Aheda Zanetti, de 38 años, que lo lanzó al mercado en el 2006. “Me di cuenta de que chicas y mujeres que abrazan el islam y obedecen la regla de vestir con modestia, perdían la oportunidad de tomar parte en las muchas actividades deportivas que ofrece Australia”, escribe Zanetti en su página web.

En la piscina veronesa hubo quejas, así que el director pidió a la bañista que le enseñara la etiqueta del burkini, “porque en la piscina se puede entrar sólo en bañador”. La aludida, Najat Rezki, de 43 años, que trabaja como mediadora cultural y vive en Verona hace 13 años, decidió irse.

“Que esa sea su profesión hace aún más provocadora su actitud, porque un mediador cultural debe conocer las costumbres del país de acogida, y explicar a los inmigrantes que tienen que adaptarse”, arguye por teléfono el alcalde de Verona, Flavio Tosi, de la federalderechista Liga Norte.

Tosi, con fama de ser poco amigo del multiculturalismo, sostiene que “el reglamento de la piscina municipal dice que hay que ir en traje de baño por cuestiones higiénico-sanitarias, yno está claro que esa indumentaria sea del tejido adecuado”. Otro alcalde de la Liga Norte, Gianluca Buonanno, de Varallo Sesia (región del Piamonte), multará con 500 euros a las usuarias del burkini.

Similares razonamientos (requisitos higiénicos y presunta provocación por parte de la bañista) se oyeron en Francia a finales de julio, después de que una joven en burkini fuera conminada a salir de la piscina en Emerainville, cerca de París. La empresa australiana Ahiida – que produce el burkini y a cuyos distribuidores llueven pedidos de Europa y del norte de África-afirma que la prenda es de poliéster, resistente al cloro y se seca con rapidez.

En la sociedad europea, que no acaba de digerir el nudismo pero que prefiere el top-less al cuerpo tapado, el burkini crea desasosiego. Hay quienes lo tildan de ofensa provocadora; otros alertan de que – como con el velo-no está claro si la interesada se lo pone porque quiere o porque un hombre la obliga, así que prohibirlo es un modo de proteger su libertad; y los más posibilistas defienden que el burkini permite a las musulmanas hacer deporte. Rizando el rizo, hay quien recuerda que también los nadadores profesionales usan bañador integral; y que en muchas piscinas es obligatorio el molesto gorro de baño.

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