La Aste Nagusia trasladó ayer a orillas del Palacio Euskalduna la vertiente más siniestra de las fiestas. La tragedia se cebó con la muerte de un inmigrante de 31 años, que pereció ahogado a primeras horas de la mañana en aguas de la ría.

La Ertzaintza recibió, sobre las 11.30 horas, la llamada de un particular avisando de la existencia del cuerpo de un hombre que se encontraba flotando a la altura de la calle Morgan, en el tramo comprendido entre el Euskalduna y el Museo Marítimo. Cuando los agentes de la Policía autónoma se desplazaron al lugar de los hechos no pudieron más que certificar el fallecimiento de la víctima. Una embarcación del parque de Bomberos de Bilbao rescató el cadáver de la ría.

El cuerpo sin vida fue trasladado posteriormente al Anatómico Forense de Basurto, donde se le practicará la autopsia que ayudará a la investigación para determinar las causas de la defunción. Responsables del Departamento de Interior del Gobierno vasco mantuvieron ayer un absoluto mutismo sobre el suceso. No obstante, advirtieron de que el fallecido, de origen sudamericano, no presentaba lesiones «aparentes», por lo que desecharon tanto la muerte violenta como el suicidio.

Muerte accidental

Fuentes consultadas por este periódico no descartan que el joven falleciese de forma accidental. Algunos vecinos congregados ayer en la zona aseguraron que el finado pudo morir ahogado al caer al agua después de perder el control. La orilla cercana a donde fue hallado el cadáver se encuentra inundada de verdín. «Desgraciadamente, pudo resbalar y caer a la ría», reseñaron las mismas fuentes.


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