WaSHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lanzó ayer una dura crítica a quienes se oponen a su plan para reformar el sistema de salud del país y los acusó de difundir falsedades y distorsiones.

La reforma del sistema se ha convertido en la principal bandera de lucha del presidente, quien ha recorrido el país para recabar apoyo y difundir sus bondades.

Según ha señalado en sus discursos, el objetivo de la reforma del sistema de atención médica es frenar su vertiginoso costo y garantizar cobertura médica a casi 50 millones de estadounidenses que carecen de seguro.

En su habitual discurso radiofónico de los sábados, Obama se congratuló por el hecho de que existe un vigoroso debate y al respecto señaló: “Me complace que sean muchos los que estén participando”. Agregó que, “sin embargo, debería ser un debate honesto, no dominado por falsedades y distorsiones intencionadas difundidas por los que más se beneficiarían si las cosas se mantienen como están”.

Como ejemplo citó lo que calificó como “la falsa afirmación” de que los inmigrantes ilegales estarán cubiertos por la reforma.

“Eso no es verdad. Los inmigrantes no estarán cubiertos. Esa idea nunca se ha planteado”, señaló. De igual modo, Obama manifestó que se ha dicho que los abortos también serán cubiertos por la reforma, lo cual, preciso “es falso”. “Se trata de afirmaciones falsas con el objeto de dividirnos”, señaló.

El presidente rechazó de la misma manera la noción de que el Gobierno pasará a controlar totalmente el sistema de la atención médica en EE.UU., “lo que asusta a muchos”.

“Eso no es verdad”, dijo Obama y agregó que la intención principal de la reforma es impedir que las aseguradoras tomen medidas arbitrarias respecto a la cobertura de cada persona. Añadió que otro objetivo es aumentar la competencia y “a las aseguradores y sus aliados no les gusta esta idea… o cualquiera que promueva una mayor competencia”, indicó.

oposición republicana En el discurso republicano, el legislador Tom Price coincidió en que existe unanimidad en cuanto que el sistema debe reformarse. “La situación actual de la atención medica en Estados Unidos es inaceptable”, señaló.

El aumento de los costos, la reducción del acceso médico y las decisiones de terceras personas están apartando a los pacientes de sus médicos y la buena atención que buscan, dijo.

Añadió que la idea es proveer a todos los estadounidenses “atención más accesible y asequible sin reducir la calidad”, pero sentenció que “eso es imposible con el enfoque que ofrecen el presidente y los demócratas en el Congreso de que un solo plan resolverá los problemas a todos”.

Price añadió que Obama está haciendo “un juego pícaro con los hechos” al decir a los estadounidenses que “si están satisfechos con su plan, pueden quedarse con su plan”.

“Ese no es el caso”, indicó el legislador, quien pronosticó que si prospera la propuesta demócrata en la Cámara de Representantes “millones de estadounidenses se verán forzados a dejar su seguro personal y privado y pasarse al plan del Gobierno”.

Tom Price manifestó que el plan republicano de reforma busca también aumentar la cobertura y reducir los costos, pero “sin poner burócratas” entre los usuarios y los médicos. >agencias

Una maleta llena de problemas

Palos de golf, toalla, bañador… y una maleta llena de problemas irresueltos son el equipaje básico que el presidente de EE.UU., Barack Obama, se lleva a su primera semana de vacaciones. El principal problema: la reforma del sistema de salud, su gran promesa de campaña y punto número uno de la agenda presidencial. El mandatario hubiera deseado encarrilarla antes del receso estival pero, pese a sus denodados esfuerzos durante las últimas semanas por promover su avance, se encuentra atascada en medio de las luchas de poder e intereses partidarios. Un asunto que encima ha provocado su caída en las encuestas, donde hasta hace no tanto batía récords de popularidad. El Centro Pew revelaba esta semana que, según su último sondeo, su aprobación se sitúa en el 51% frente al 61% de que gozaba en junio. Hasta la exclusiva isla de Martha’s Vineyard, Massachusetts, le seguirán también otros problemas, tal como pretende recordarle una vieja conocida de las vacaciones presidenciales estadounidense, la activista Cindy Sheehan. >Silvia Ayuso